Con el paso del tiempo es evidente que la corteza terrestre está sufriendo graves daños que están degradándolo hasta llevarlo a la erosión, por efecto de procesos naturales pero también por las actividades humanas. Aprenda cómo puede corregir estos perjuicios para mantener la salud del terreno.
La degradación de los suelos hace referencia a la alteración negativa o disminución de una o varias de las ofertas de bienes, servicios o funciones ecosistémicas, provocada por procesos naturales o antrópicos (de acción humana), y causando la pérdida del componente ambiental.
Puede ser física, química o biológica. En la física, se presenta la erosión y la compactación; en la degradación química ocurre salinización, acidificación y la contaminación. (Lea: ¿Sabe usted cuáles los servicios ecosistémicos asociados al suelo?)
En cuanto a la degradación biológica, como lo señaló el Ministerio de Ambiente y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), se evidencia por la pérdida de la materia orgánica, el desequilibrio de la actividad biológica y procesos de mineralización del suelo.
Otros tipos de degradación del suelo van desde pérdida de biodiversidad, desequilibrio de nutrientes, compactación, sellado, contaminación, salinización, pérdida de carbono orgánico. (Lea: Estas son las principales causas de la degradación de la estructura del suelo)
De acuerdo con el Protocolo de Degradación de Suelos por Erosión, esta se define como “la pérdida de la capa superficial de la corteza terrestre por acción del agua y/o del viento, que es mediada por el hombre, y trae consecuencias ambientales, sociales, económicas y culturales”.
Según un estudio del Minambiente y el Ideam, el 40 % de la superficie continental de Colombia presenta algún grado de erosión, desde ligera (20%), moderada (17%), severa (2,7%) y muy severa (0,24%). (Lea: Ganadero, cuide el suelo de su finca porque es un recurso no renovable)
Las amenazas para el suelo que ocasionan su degradación son la deforestación, el crecimiento demográfico, la expansión de las ciudades, la contaminación y eliminación de residuos, el cambio climático y las prácticas de manejo de suelo que son insostenibles.
Las consecuencias de degradar el terreno van desde la escasez de agua, la inseguridad alimentaria y nutricional, aceleración del cambio climático, pobreza e inseguridad social, migración y reducción de los servicios ecosistémicos.
No obstante, la “Guía de buenas prácticas para la gestión y uso sostenible del suelo en áreas rurales” elaborada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para Colombia resalta algunas soluciones para la gestión sostenible como son:
- Gobernanza inclusiva del suelo
- Aumentar inversión en la gestión sostenible del suelo
- Promoción y sensibilización
- Establecer sistemas de información del suelo
- Desarrollar capacidades y fortalecer la extensión sobre los suelos
- Detener la degradación del suelo
- Restaurar y rehabilitar los suelos degradados
- Implementar la planificación del uso de la tierra
- Tratar aguas residuales
- Eliminar adecuadamente los residuos
- Reducir la erosión
- Aplicar la rotación de cultivos y labranza mínima
- Usar los nutrientes sabiamente
- Mantener la superficie del suelo cubierta
- Aumentar el contenido de materia orgánica del suelo
- Analizar y evaluar la condición del suelo