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Foto: IICA

cuatro de cada 10 mujeres rurales sufren de pobreza estructural y pobreza extrema, resaltó la ministra Jhenifer Mojica

agricultura

El trabajo del cuidado ya se reconoce en Colombia

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

Durante un foro sobre mujeres rurales, realizado en la Sede Central del IICA, la ministra Jhenifer Mojica hizo un balance sobre las condiciones en las que viven las mujeres campesinas en Colombia: cuatro de cada 10 mujeres rurales sufren de pobreza estructural".

“Colombia avanza significativamente, partiendo de una dura realidad, para mejorar la situación de las mujeres rurales a través del reconocimiento del trabajo del cuidado como una unidad productiva y una exacta valoración de su aporte, de modo de generar políticas públicas adecuadas a las necesidades de las grandes protagonistas y sostenes de su seguridad alimentaria”, indicó la Ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica.

La funcionaria, una de las tres mujeres ministras de Agricultura que tienen los países del continente americano, participó junto a sus colegas Nelly Paredes del Castillo (Perú) y Laura Suazo (Honduras) del IV Foro de Ministras, Viceministras y Altas Funcionarias de las Américas, organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

Hay múltiples factores de desigualdad, pero aun así las mujeres rurales personifican la resiliencia y no debemos caer en el escenario de feminizar el cuidado, y no podemos perder de vista la labor incansable y su aporte a las cadenas agroalimentarias, su rol vital en la preservación de las tradiciones culturales, de las prácticas de la agricultura, la gastronomía y el tejido social de sus comunidades que refleja esa enorme capacidad y ese aporte que resulta estructural del crecimiento de las comunidades rurales y desarrollo”, dijo Mojica.

El foro se realizó en la Sede Central del IICA en San José, Costa Rica, con la participación también de viceministras y altas representantes de Canadá, Estados Unidos, Brasil y San Vicente y las Granadinas y agencias internacionales de cooperación y financiamiento; también intervinieron la Secretaria General del Caricom, Carla Barnett, el Director General del IICA, Manuel Otero, y lideresas rurales del hemisferio. (Lea en CONtexto ganadero: Minagricultura de Colombia participará en el Foro de ministras, viceministras y altas funcionarias de las Américas)

La funcionaria colombiana también resaltó “la creatividad de las mujeres para crear soluciones innovadoras a problemas cotidianos, para administrar la pobreza; y esa perseverancia por mantener las prácticas culturales y la firmeza por luchar por un futuro sano para generaciones futuras las hace un capital humano invaluable”.

En ese sentido, explicó, “en nuestro rol de desarrolladoras de políticas públicas resulta fundamental que las mujeres tengan capacidad de toma decisiones, la voz de las mujeres y los roles en juntas directivas de los bancos de desarrollo son fundamentales”.

Instituido en el 2021 como permanente por las más altas autoridades de agricultura de las Américas, el foro se concibió como un espacio del más alto nivel de reflexión con el objetivo de visibilizar la participación de las mujeres rurales y proponer políticas con perspectiva de género que reduzcan brechas y desigualdades de género y favorezcan la participación e inclusión en el desarrollo rural en igualdad de condiciones.

Jhenifer Mojica recordó que en Colombia cuatro de cada 10 mujeres rurales sufren de pobreza estructural y pobreza extrema y que cuando la jefatura de hogar es femenina, la inseguridad alimentaria afecta a la mitad de los hogares colombianos.

Además, la carga de trabajo de cuidado de las mujeres no remunerado es de ocho horas diarias, el triple de la de los hombres, mientras que la tasa de desempleo rural de las mujeres también triplica la de los hombres, mientras que los ingresos mensuales de las mujeres equivalen al 66% de los ingresos de los hombres. También, subrayó que sólo el 26% de las unidades agrícolas que producen alimentos están encabezadas por mujeres, entre otros indicadores desfavorables.

En desventaja respecto a los hombres en materia de propiedad de la tierra, de acceso al crédito, a tecnologías, a maquinarias, Colombia viene trabajando desde la década de los años noventa en generar programas y políticas que mejoren esos balances.

“En Colombia tenemos un desafío muy grande, yo quisiera decir que aquí, desde el 2002, existe una política de mujer rural que, precisamente, busca la articulación de todo el sistema estatal que permita generar mejores condiciones de participación de las mujeres en la toma de decisiones, de generar espacios, de cupos específicos de mujeres en las juntas directivas de las entidades asociadas a todo el desarrollo rural agropecuario, y de generar unas políticas afirmativas que generen una mayor inversión en la atención a mujeres y sus necesidades dentro del rol productivo con todos los factores que tienen que ver con el desarrollo de la agricultura”, afirmó.

“Adicionalmente también se han venido expidiendo normas que reconocen la economía del cuidado en Colombia, un indicador muy importante porque nos permite producir datos relacionados con el uso del tiempo en la economía del cuidado por parte de las mujeres rurales para tomar decisiones de política (…) y en esa medida poder avanzar en generar datos para poder tomar decisiones”, agregó.

La Ministra de Agricultura también destacó, en el marco de la implementación del acuerdo de paz para Colombia, el reconocimiento de las mujeres y de las organizaciones de mujeres campesinas, negras e indígenas víctimas y que incluye el cuidado como una de las actividades valoradas para la explotación económica que permitirá también la titulación de tierras a las mujeres y el acceso a crédito, a fomento y a otras líneas de desarrollo.

En ese sentido, enfatizó que Colombia, en este momento, se encuentra trabajando para valorar cuánto aporte económico representa la economía del cuidado.

“El 70% de la producción de alimentos viene de manos campesinas y la mitad es hecho por mujeres en el traspatio, en el patio de las casas, con sus propias capacidades productivas. La idea es cuantificar cuánto pesa esto en el PIB rural y cuánto deberíamos invertir para mejorar esas condiciones de desarrollo”, concluyó.