Conseguir maximizar la produccion y la rentabilidad de una finca es una de las mayores preocupaciones de cualquier productor de fincas agropecuarias. Conozca cómo intervienen la arcilla y el humus en esta tarea.
Para tener una finca fértil con una rentabilidad alta, el productor debe entender ciertos conceptos que entran en juego de forma clave, como lo es el humus. En el canal de Youtube llamado Gesmontes, Juan Casado define el humus como la parte estable de la materia orgánica del suelo, es decir es lo que queda de esta, una vez ha sido trabajada por los descomponedores e incorporadas al suelo de forma estable.
La principal característica que tiene el humus en el suelo, entre otras muchas, “es la capacidad que tiene de mejorar la fertilidad del suelo. Porque un suelo fértil es aquel que es capaz de retener la mayor cantidad de nutrientes para ponerlos a disposición de la planta cuando esta los necesite”, describe Casado. (Lea: Humus de lombriz: todo lo que puede hacer este fertilizante orgánico por los suelos agrícolas)
El humus en su estructura química tiene como una especie de pelos exteriores, que son los que capturan los nutrientes que hay en la solución del suelo y los retiene.
“Esto hace que la planta tenga mayor cantidad de nutrientes en el suelo, lo que deriva en que la fertilidad del suelo aumenta”, menciona Casado.
En suelos fértiles, que dan una alta producción, hay un elemento fundamental que es la arcilla, que son las partículas más finas que se pueden encontrar en la tierra, siendo la parte inorgánica del suelo que aporta la mayor capacidad de retención de agua y de nutrientes.
“Por eso, cuando en un suelo la proporción de arcilla es alta, la capacidad de retención de nutrientes es alta, y por tanto su fertilidad, también es alta”, explica Casado. (Lea: 3 beneficios de suministrar arcilla en la ración de las vacas lecheras)
Estos dos conceptos son claves para la rentabilidad de una finca, pues cuando la arcilla que se encuentra en el suelo con el humus se espesa, forman un complejo de cambio que aumenta de forma importante la capacidad de retener nutrientes en el suelo, por tanto, aumenta la disposición de nutrientes para la planta.
En palabras de Casado, “así la planta encontrará variedad y abundancia de nutrientes que les será necesario para su correcto desarrollo, por tanto, para conseguir su máxima producción”.
Esta es la razón por la que hoy en día no es necesario gastar dinero en abono cada año, si la naturaleza cuando se entiende en su forma total, brinda herramientas que funcionan a favor de la tierra y en la que el productor no tiene que invertir dinero.
“Estamos sustituyendo procesos naturales que son prácticamente gratis, por insumos que encarecen la producción de una finca y que terminan por hacerla escasamente rentable. Por eso hago una pregunta ¿cuál es la mejor forma de combatir las plagas y enfermedades?”, manifiesta Casado.
El experto responde que la mejor manera de combatir estos problemas es no teniéndolos en la finca, así el productor se ahorra dinero en tratamientos que reducen la rentabilidad de una finca. Por eso, con la nutrición de una planta es igual, pues para qué se quiere abonar una finca con productos sintéticos, si las plantas están nutridas de forma natural.