Un estudio del Servicio de Investigación Agrícola, ARS, en Oregón, EE.UU., ha mostrado que los forrajes empleados para ganado se recuperan más rápidamente de incendios forestales que las tierras que no han sido utilizadas en actividades ganaderas.
El cambio climático ha transformado drásticamente el paisaje y la dinámica ecológica del planeta. Por ello, en varios países de tradición rural la prioridad es trabajar en el manejo adecuado de pastos y plantas nativas. En EE.UU., por ejemplo, los científicos se han trazado la meta de combatir desafíos como malezas invasoras y residuos que quedan tras los incendios forestales.
Muchas de las tierras de pasto en EE.UU. y en las zonas tropicales de América Latina son amenazadas por la extensión de las malezas (pastos no nativos) las cuales fácilmente infestan paisajes, especialmente después de los incendios forestales, pero este nuevo hallazgo encontró que al introducir ganado en la región afectada se empezó a controlar la acumulación de estos desperdicios a tal punto que el forraje volvió a ser funcional. (Blog: Renovación de pasturas en suelos ácidos de América)
Los científicos Kirk Davies, Jon Bates y Tony Svejcar, líderes del estudio, y quienes trabajan en la Unidad de Investigación del Manejo de Forraje de Praderas y Prados del Centro de Investigación Agrícola de Oregón, decidieron comparar cómo se recuperan las pasturas empleadas para la producción ganadera luego de incendios forestales contra aquellas que no han sido víctimas de este tipo de problema.
En áreas de producción pecuaria, el ganado consumió aproximadamente el 40% del forraje disponible, quitando así muchos de los desperdicios de plantas. Mientras que los lugares libres de ganadería registraron casi el doble de cantidad de desperdicios y malezas.
Los científicos realizaron una quema controlada en todos los sitios en 1998, y luego midieron la cobertura vegetal, la densidad vegetal y la producción de biomasa en los años 2005, 2006 y 2007. Allí descubrieron que la maleza infestó una gran porción de los sitios que no han sido utilizados para ganadería, dejando estas áreas aún más vulnerables al fuego en el futuro. (Lea: Tecnología satelital busca controlar deforestación en tiempo real)
Colombia: el dilema entre ganadería y medio ambiente
Según cifras del Departamento de Planeación Nacional, DNP, los incendios forestales representan el 3% de las causas de deforestación en Colombia. Pero en contraste con el reciente hallazgo hecho en Oregón, en nuestro país hasta ahora se está empezando a ver que la ganadería puede no ser un agente deforestador.
Esta idea se ha ido transformando gracias a la gestión y desarrollo del proyecto Ganadería Colombiana Sostenible, impulsado por la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, que promueve la implementación de sistemas silvopastoriles para preservar el medio ambiente y la producción ganadera. (Lea: Planeación forrajera, herramienta esencial para la nutrición bovina)
El artículo ‘Reconversión ambiental y social de la ganadería bovina en Colombia’, bajo la autoría de la Fundación Cipav, dice que: “si bien es cierto que la mayor parte de las áreas deforestadas soportan sistemas ganaderos, no siempre es posible establecer la conexión directa entre deforestación y ganadería, y los principales impactos ambientales de las actividades pecuarias no están estudiados a profundidad”
Pero investigaciones como la que se realizó en el ARS, en Oregon, dan nuevas luces y reconocen que la ganadería es más un agente restaurador del medio ambiente, siempre y cuando se ejerzan prácticas pecuarias adecuadas.
Tal y como lo referencia el artículo del Cipav: “investigadores, funcionarios públicos, técnicos y ganaderos deben reconocer que es posible alcanzar un potencial biológico mayor si se hace un manejo inteligente de la naturaleza y si se integra la ganadería con otros sistemas productivos con el cuidado especial de entender los límites ambientales de cada región y cada ecosistema”. (Lea: Nueva aplicación online permite reducir 80% el consumo de energía)
Según datos de la FAO, entre 1995 y 2005 se deforestaron más de 2 millones de hectáreas de bosques y reservas en Sudaméricapor cuenta de los incendios forestales. La próxima actualización de las cifras en este ámbito, se hará en 2015.