Luis Arango Nieto hizo un interesante análisis sobre las cifras que presentó el ministro de Agricultura frente al desempeño agropecuario del país durante el primer semestre del 2017, muestra los efectos importantes del modelo Colombia Siembra.   Con el sugestivo título de “Colombia Siembra: incertidumbre”, Luis Arango Nieto señaló en su columna de opinión del diario Portafolio del pasado agosto 23, unos aspectos interesantes de las cifras de desempeño agropecuario que reveló el Gobierno.   Destacó las cifras positivas de crecimiento que se registraron, pero señaló la incertidumbre sembrada por cuenta de la poca sostenibilidad que tiene el la iniciativa propuesta por el Ministerio de Agricultura.   Al analizar crecimientos de algunos cultivos como el del arroz, advirtió que esa alta producción llevó a caídas de los precios entre el 13 y el 15 %.   Coincidió con los análisis del Rafael Hernández, presidente de Fedearroz, al señalar que se ha visto cierta reticencia de los industriales a mejorar precios al productor, a pesar del incentivo al almacenamiento ofrecido por el Gobierno.   Igual análisis hizo del crecimiento de la producción de legumbres, que es el esfuerzo de pequeños productores principalmente, quienes también están viendo castigados los precios por el aumento en la producción. 

Por el lado pecuario, resaltó el aumento de la producción tanto de huevos como de leche, e indicó que su buen desempeño terminó en excedentes del lácteo que ha llevado al Estado a subsidiar el precio al productor y entregar incentivo de almacenamiento a los industriales.

Sobre el maíz amarillo precisó la disminución del volumen cosechado (cayó 22 %) y el poco interés de los fabricantes de concentrados de usar el grano nacional. Concluye, como en los anteriores renglones, que eso ha llevado a los productores a solicitarle ayudas al Ejecutivo.

Advirtió, al referirse a la Altillanura, que la resistencia de los industriales para la siembra masiva de maíz amarillo en ese territorio, sumada a la inseguridad jurídica sobre la propiedad, ha impedido que entren capitales frescos y desarrollen esta zona que requiere músculo financiero para lograrlo.   Considera que allí se ha debido orientar principalmente Colombia Siembra.   Avizora que en la agricultura colombiana predominarán los cultivos permanentes, como frutas y oleaginosas (palma).

Su análisis lo llevó a concluir que promover programas y salir luego con la chequera del Gobierno a resolver problemas y cantar victoria no es sostenible. Así, Colombia se siembra de incertidumbre.