La siembra directa se refiere al proceso de siembra de cultivos sin arar o labrar el suelo, lo que ayuda a conservar la estructura del suelo y reduce la erosión. La agricultura ecológica se basa en principios como la no utilización de pesticidas y fertilizantes químicos sintéticos, la promoción de biodiversidad y la conservación de los recursos naturales.
Durante su vida, el profesor Luiz Carlos Pinheiro Machado, ingeniero agrónomo con doctorado en Agronomía de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, dijo que la “siembra directa es una etapa fundamental para la producción de vegetales sin venenos”.
Como toda práctica, esta cuenta con unos principios clave que mencionó el profesional durante sus años de vida, en donde “el primero es “no arar bajo ningún concepto, ni mover el suelo con ninguna labor.
El segundo principio es no usar herbicidas porque ‘cida’ significa muerte y estos conducen a la expiración de las mismas plantas y no es recomendable porque estas especies vegetativas tienen una función y contexto en la producción”, expuso Pinheiro Machado.
El tercer principio de esta práctica es no usar fertilizantes de síntesis química, ya que por su alta solubilidad atraen a los parásitos y si el productor necesita fertilizar su suelo, puede hacerlo mediante productos de alto peso molecular como el estiércol fresco sobre el suelo. (Lea en CONtexto ganadero: Paso a paso de la siembra directa ecológica)
El cuarto principio es rotar las especies leguminosas con los cereales, es decir “cada dos años sembrar una leguminosa para mantener el nivel de fertilidad en el suelo, sobre todo de nitrógeno”, explicaba Pinheiro Machado. La idea de esta rotación es que se disminuya la presencia de parásitos y malas hierbas en los suelos.
El quinto principio es hacer siembra directa de disco, que según menciona el experto, es por medio de máquinas como tractor, pero cuanto más livianas sean mejor, pues la idea es no compactar el suelo y no pasar rodillo.
El sexto principio es la utilización de semillas autóctonas de la región en la que se encuentre su predio agrícola, pues “son semillas que están adaptadas a las condiciones específicas donde va a desarrollar la producción”, sostenía el experto, quien agregó que hay que guardar semillas propias para utilizar en el cultivo.
El séptimo principio es utilizar el método válido a escala, que en pocas palabras consiste en que “una regla general de la producción sin veneno es que se utilicen métodos que sean capaces de generar producción para enfrentar el hambre de la humanidad”, como decía Pinheiro Machado.
El experto aseguraba que con animales la regeneración de los suelos es mucho más rápida porque “con pastoreo racional voisin, hay una alta concentración de boñiga bovina y eso le da un incremento de fertilidad y materia orgánica mucho más rápido”.
Sin embargo, si se introducen animales en el proceso, hay que tener la seguridad que no estén desparasitados con ivermectina debido a que los excrementos producirían la muerta del suelo.
En este camino de implementar la siembra directa ecológica, los productores deben “hacer sus propias orientaciones y mejorar sus propios procesos”, como mencionó Pinheiro Machado. (Lea en CONtexto ganadero: Los beneficios de la Siembra Directa)