El síndrome de tallo verde es un fenómeno que se observa en las plantas de soya, caracterizado por el retraso en la senescencia de los tallos, lo que resulta en tallos verdes y hojas aún verdes durante la maduración del cultivo. (Lea en CONtexto ganadero: El cultivo de soya sigue creciendo en Colombia)
Este retraso en senescencia puede afectar negativamente el momento de la cosecha y la calidad de los granos de soya, lo que se traduce en pérdidas económicas para los productores.
De acuerdo con la Corporación colombiana de investigación agropecuaria (Agrosavia), “esta es una nueva enfermedad de la soya en Colombia. Este cultivo es de gran importancia en el departamento del Meta por su uso como fuente de proteína para la fabricación de alimentos balanceados en la cadena avícola y porcícola”.
Es por esta razón que la presencia de anomalías como el síndrome de tallo verde y retención foliar en las soya es un problema fitosanitario que se conoce popularmente como ‘soya loca’, que puede causar pérdidas hasta del 60% en el rendimiento del cultivo.
Según Agrosavia, al síndrome de tallo verde se le atribuyen tres posibles causas:
- Desorden nutricional por deficiencia de potasio.
- Ataque de chinches.
- Ataque de nematodo Aphelenchoides besseyi.
El síndrome de tallo verde y retención foliar pueden tener impactos significativos en el rendimiento y la calidad de la soya. La senescencia retrasada de los tallos pueden resultar en una maduración desigual del cultivo, lo que dificulta la cosecha y puede aumentar las pérdidas por granos que se desprenden premarutamente.
Además, la retención excesiva de hojas puede dificultar la penetración de luz solar en el dosel de la planta, lo que afecta la fotosíntesis y la formación de granos. Esto puede resultar en una disminución del rendimiento y una menor calidad de los granos, con efectos negativos en la comercialización del producto final.
Cuáles son las consecuencias del síndrome de tallo verde y retención foliar
Según Agrosavia, “al inyectar saliva tóxica, los chinches causan retención foliar o soya con el tallo verde, dificultan la maduración, causan reducción y malformación de vainas con manchado de grano. Los granos se quedan pequeños y arrugados, permitiendo la pérdida de calidad comercial y sus daños favorecen la entrada de microorganismos como hongos y bacterias”.
En ese orden de ideas, las plantas de soya afectadas por el nematodo Aphelenchoides besseyi presentan estrechamiento de las hojas más jóvenes. Además, manifiesta síntomas como ampollas, arrugamientos y engrosamiento nervaduras, “presentándose en focos dispersos en el lote. Los principales lugares de multiplicación de este nematodo son los racimos florales, situados en los nudos y las hojas más jóvenes”, señala Agrosavia.
Monitoreo en campo
Para el caso de los chinches, el monitoreo debe realizarse semanalmente durante los períodos más frescos del día y durante la fase reproductiva, pues es en este momento cuando se producen las pérdidas más importantes.
Agrosavia afirma que para el monitoreo del nematodo, se debe realizar un “muestreo dirigido a plantas de soya sintomáticas. Solamente se debe colectar la parte aérea de las partes enfermas, cortándolas a unos 10 cm del suelo”. (Lea en CONtexto ganadero: La soya, un sistema productivo con variadas oportunidades)