Dentro de los grupos de los granos utilizados para la alimentación de bovino de carne, el maíz es el que mayor utilización e importancia tiene. Por eso, a continuación se explican algunas consideraciones que afectan su valor nutricional.
Gustavo Jesús Depetris, médico veterinario y especialista en producción animal, dice en una investigación que, en la producción de carne bovina, la utilización de maíz radica en el aporte de energía que está dada por medio de la presencia de almidón, siendo el rumen el principal sitio de digestión de este almidón, donde el 60-95% es fermentado para producir ácidos grasos volátiles (AGV) y gas o es incorporado como materia microbiana.
En los rumiantes, el sitio de digestión de almidón determina la participación de la digestión de la materia orgánica y tiene impacto sobre el consumo de materia seca y sobre la salud ruminal.
Dado que el almidón representa el 70% del contenido de materia seca del grano, y que existe una fuerte correlación entre la degradabilidad ruminal de la materia seca y la degradabilidad ruminal del almidón y también entre la digestibilidad total de la materia seca y la digestibilidad total del almidón, la mayor atención de la digestión del grano debe estar puesta en el almidón.
En general, el grano de maíz presenta entre un 20-30% de amilosa y el resto es amilopectina. El procesamiento del grano, ya sea quebrado, molido, ensilado o vaporizado incrementa la digestibilidad total del almidón. (Lea: Recomendaciones para lograr un buen ensilaje de maíz para el ganado)
Sin embargo, el mayor efecto que tiene es el cambio de sitio de digestión aumentándolo a nivel ruminal. No siempre un procesamiento más intenso va a generar una mayor respuesta productiva, si no que esta respuesta va a depender de otros factores tales como el nivel de grano en la dieta, el porcentaje de fibra y el tamaño del animal al cual es suministrado.
El proceso de ensilado genera una parcial solubilización de las proteínas del endosperma permitiendo una mayor accesibilidad de las bacterias ruminales y así una mayor digestión del almidón.
La utilización del maíz como ensilaje en la alimentación de bovinos para carne se ha intensificado en los últimos años, ya sea como parte de dietas de engorde o como suplemento de dietas base pastoril. El valor nutricional de ensilaje de maíz está afectado por factores intrínsecos, pero también juegan un rol importante factores extrínsecos como el estado de madurez de la planta al momento del picado, el tamaño del picado y el procesado que sufra el grano durante su confección. (Lea: Recomendaciones para el uso del silo de maíz como suplemento para el ganado)
El autor dice que se “se ha observado que el incremento en la proporción de grano en el ensilaje incrementa el contenido de almidón y la digestibilidad de la materia orgánica, que está directamente relacionada con la ganancia de peso vivo y la eficiencia de conversión alimenticia”.
En conclusión, el tipo de endosperma predominante del grano va a afectar la digestibilidad del almidón, el procesado del grano no solo aumenta la digestibilidad del almidón, sino que cambia el sitio y velocidad de digestión.
La intensidad o tipo de procesado dependerá de factores de la dieta total y del tamaño del animal a alimentar, como así también de aspectos económicos. Para el caso del ensilaje de maíz, su valor nutricional está directamente relacionado con la cantidad de grano presente en este, siendo menos importante la calidad de la fibra cuando la madurez del cultivo avanza.