Con la aproximación de la Semana Santa, muchas personas se abstienen de comer carnes rojas y modifican su dieta para elegir diversos tipos de pescados y mariscos. Aquí le mostramos algunos consejos para elegir el mejor producto en estas fechas.
Esta tarea no solo consiste en reconocer el pescado fresco, sino también en saber cuándo está en mal estado, pues puede causar graves intoxicaciones. (Lea: Consumo de pescado crecerá 33% en América Latina para 2030: FAO)
En primera instancia, la Federación Colombiana de Acuicultores Fedeacua ha ofrecido una serie de recomendaciones para tener en cuenta a la hora de elegir el producto ideal, que se centran en la estructura del animal y su apariencia física.
El cuerpo del pescado debe estar arqueado y rígido, lo cual indica frescura. Además, las escamas deben permanecer unidas entre sí, y no deben estar viscosas sino brillantes. La piel debe ser del color de cada especie, estar húmeda y sin arrugas ni manchas.
Por su parte, la FDA de EE.UU. observó que los ojos también indican frescura si están brillantes, sobresalientes y traslúcidos, y el iris no está manchado de rojo. El olor debe ser suave, a agua y mar. (Lea: Nuevo récord en consumo mundial de pescado per cápita)
Procure comprar solamente el pescado refrigerado o exhibido sobre una capa gruesa de hielo fresco que no se esté derritiendo, preferiblemente bajo algún tipo de cubierta. Las branquias han de ser de color rojo y las escamas no deben de presentarse sueltas.
La carne del pescado entero y de los filetes debe ser firme y brillante, con agallas de color rojo brillante sin sustancia lechosa. Cuando se presiona, debe volver a su lugar. No tiene por qué haber decoloración, oscurecimiento desecamiento en los bordes.
¿Cuándo está en mal estado?
Cuando el pescado expele un olor agrio o a amoníaco, es un indicativo de que se encuentra en mal estado. Ese olor se intensifica con la cocción, así que deseche cualquier producto con olores extraños. (Galería: Pescado sin normas de higiene es vendido en calles de Medellín)
Contrario a las anteriores características, si tiene la piel muy blanda, los ojos hundidos con la córnea lechosa, las agallas amarillentas o de color gris, y las tripas flácidas y hundidas, son claros signos de que el pescado se echó a perder y debe desecharse inmediatamente.
Finalmente, no sobra comprar el pescado en un comercio especializado en pescadería con buena reputación, instalaciones adecuadas y empleados uniformados con los elementos apropiados.