El sistema Taungya permite a pequeños productores cultivar especies agrícolas anuales entre las líneas de las plantaciones. El sistema Taungya es relativamente reciente. La publicación ‘Sistemas agroforestales. Funciones productivas, socioeconómicas y ambientales’, dedica un capítulo a este interesante sistema de producción, que bien puede estudiarse para su implementación en la actual coyuntura colombiana, y de la cual se extracta algunas de sus experiencias. Señala que el sistema “Taungya”, término que se traduce como “cultivo en colinas”, se desarrolló en Burma (Birmania) a finales del siglo XIX, en el que cultivos anuales eran establecidos en plantaciones forestales de teca (Tectona grandis) con el objetivo de proveer alimentos a los trabajadores que laboraban en dichas plantaciones con aprovechamiento del espacio durante los primeros dos a cuatro años de desarrollo de la plantación. Otra ventaja de la aplicación del sistema Taungya era que al permitir a pequeños productores cultivar especies agrícolas anuales entre las líneas de las plantaciones, se evitaba la destrucción del bosque que ellos utilizaban para el establecimiento de los cultivos migratorios. A diferencia de la agricultura migratoria, que es un sistema secuencial, el sistema Taungya es la combinación simultánea de dos componentes durante los primeros años del establecimiento de las plantaciones, y en el que los cultivadores se comprometen, en retorno, al cuidado y manejo de la plantación (Nair 1993). Entre las ventajas de tipo económico, la principal es la de los costos evitados en el desarrollo y manejo de la plantación forestal. La fertilización de los cultivos y el control de malezas en los cultivos asociados contribuyen a reducir los costos de establecimiento y manejo de la plantación, además de que la mano de obra es parte del contrato de uso de la tierra durante los años que duren los cultivos. Experiencias con sistemas Taungya en Venezuela El sistema Taungya ha sido aplicado con éxito en numerosos desarrollos agrosilvícolas en diferentes regiones de Venezuela, principalmente en áreas de bosque seco tropical de los llanos venezolanos y en las reservas forestales del occidente del país. La Fundación Danac (Desarrollo Agrícola Naranjal A.C.), que es una organización no gubernamental (ONG) sin fines de lucro, ha dedicado en sus 25 años de existencia estableció en 1996 el proyecto Sistema Agroforestal Bosque Multiespecífico para el desarrollo y estudio de sistemas de producción agroforestales bajo el enfoque del desarrollo sostenible. El objetivo principal del proyecto fue el establecimiento de 100 ha de árboles maderables valiosos, bambú (Bambusa vulgaris) y guadua (Guadua angustifolia), en asocio con cultivos de ciclo corto, es decir, sistemas Taungya. Nueve sistemas fueron establecidos en el bosque multiespecífico: 1. Sistema de callejones alternos con cinco hileras de árboles maderables. Éstas consistieron en franjas de cinco hileras de teca y caoba plantadas 3 m x 3 m, alternadas con callejones de 8 m de ancho, en los que se plantó maíz y cultivos leguminosos. 2. Cultivos anuales en callejones de 10 m de ancho en plantaciones de melina y Pinus caribaea. 3. Sistema de cultivos anuales intercalados en plantaciones forestales de alto valor comercial plantadas con espaciamiento de 4 m x 2,5 m, con especies leguminosas utilizadas para el mejoramiento y conservación de los suelos. 4. Establecimiento de pasto vetiver en curvas de nivel, intercalado con especies maderables. 5. Sistema Silvopastoril Multiestrata Diversificado. 6. Cercas vivas de teca (Tectona grandis) y pardillo negro (Cordia thaisiana) 7. Barreras protectoras con bambú y guadua en borde de cuerpos de agua y márgenes de ríos y quebradas. 8. Plantaciones de bambú y guadua como materia prima para los artesanos de la comunidad vecina de San Javier. 9. Lotes ornamentales para protección y paisajismo de vías perimetrales de la institución.
De todos los sistemas mencionados, el más importante, tanto por su extensión como por los aportes y beneficios generados, fue el sistema de cultivos leguminosos intercalados en las plantaciones de árboles maderables. Estos cultivos fueron seleccionados con el objetivo de mejorar los suelos degradados y clasificados como Clase III según la clasificación de la FAO, por la presencia de un horizonte de conglomerados y rocas, salinización y frecuentes periodos de anegamiento. Se establecieron 11,76 ha de pardillo (Cordia alliodora), 12,58 ha de caoba (Swietenia macrophylla), 46,8 ha de teca (Tectona grandis) y 12,65 ha de apamate (Tabebuia rosea) con un distanciamiento 49 de 2,5 m x 4 m entre plantas e hileras para todas las especies maderables. Los callejones de 4 m facilitaron las labores agrícolas y de mecanización de los cultivos intercalados especies maderables antes mencionadas, se establecieron 5,02 ha de bambú (Bambusa vulgaris) y Guadua spp. con distanciamientos variables de entre 4 m y 8 m, esto con el objetivo de proveer de materia prima a los artesanos de la vecina población de San Javier y para la protección de los cauces de ríos y quebradas (Escalante et al. 2011). Al inicio de la temporada de lluvias se plantaron los cultivos leguminosos en los callejones de 4 m de ancho, quinchoncho (Cajanus cajan) y crotalaria (Crotalaria juncea). En el periodo comprendido entre 1997 y 2004, se sembraron 150,5 ha de especies leguminosas, incluyendo 109,3 ha de quinchoncho y 41,2 ha de crotalaria. El quinchoncho se sembró a chorro corrido, con una sembradora de doble hilera, con un espaciamiento de 80 cm entre hileras, utilizándose de 8 a 12 kg de semillas por ha. La crotalaria también se siembra con sembradora o al voleo. En el primer caso se utilizan de 10 a 15 kg ha-1 y 30 kg ha-1 cuando es distribuida al voleo. Los cultivos de cobertura permanecen un par de años en el terreno hasta que son incorporados al suelo con pase de rastra, previa cosecha del grano para asegurarse la semilla para el establecimiento de nuevas áreas al año siguiente. Este es particularmente el caso del quinchoncho, el cual durante 5 años fue cosechado a mano por integrantes de las comunidades vecinas, cuyo producto fue repartido en tres partes para las comunidades y una para Fundación Danac como semilla. Durante los cinco años en que participó la comunidad, se cosechó por parte de ellos un total de 4.712 kg, además de 2.610 kg recolectados por los trabajadores de Fundación Danac, para un total de 7.322 kg en el periodo 1999 – 2004 Como parte del manejo silvicultural de las plantaciones, se realizaron los aclareos o raleos de los lotes establecidos entre los años 1996 al 2000, y con edades entre 6 y 8 años, lo cual permitió la extracción de 8.847 árboles en un periodo de tres años entre 2004 y 2006. Su aprovechamiento permitió obtener 5.927 estantillos para cercas ganaderas, 820 madrinos o estantillos grandes, además de 3.221 varas pequeñas y 1.625 varas largas para la construcción, éstas de 4 m de largo y 12 cm de diámetro a la altura del pecho (DAP; Escalante et al. 2011). Los productos obtenidos fueron utilizados en la institución para el mejoramiento de las cercas internas y perimetrales, parte fue donado y otra parte se vendió a empresas ganaderas y de construcción. Los beneficios económicos obtenidos de este aclareo pagaron una parte significativa de los costos del establecimiento inicial de dichos lotes forestales. Fuente: Montagnini, F; Somarriba, E; Murgueitio, E; Fassola, H; Eibl, B. 2015. Sistemas Agroforestales. Funciones Productivas, Socioeconómicas y Ambientales. Serie técnica. Informe técnico 402. CATIE, Turrialba, Costa Rica. Editorial CIPAV, Cali, Colombia. 454p.