El emprendimiento en las zonas rurales, puede llegar a tener el potencial de convertirse en el mecanismo promotor de desarrollo ya que lograría ser la herramienta para la solución de varias problemáticas que se presentan en el sector.   Más allá de la agricultura y la ganadería, el campo ofrece muchas oportunidades ya que las nuevas tecnologías han desdibujado las barreras que podríamos encontrar entre ciudad y campo. (Lea: Estos son los factores de éxito en emprendimientos rurales)   “Lo primero a comprender es que el contexto rural es multifuncional (no solamente alimentos y materias primas de origen agrícola), de esta manera, es fácil idear modelos de negocio con perspectiva local, regional, nacional o global, en atención a las oportunidades y comportamiento que exhibe el mercado agroalimentario y agroindustrial”, explicó Óscar Eduardo Garavito, director de Administración de Agronegocios Universidad de La Salle.   Es fundamental hacer una lectura de las tendencias del mercado, pero, además, tener en cuenta cuáles han sido las apuestas productivas del territorio y sus resultados, como también los criterios productivos definidos en el POT (en atención al uso del suelo), los planes y proyectos determinados por las Comisiones Regionales de Competitividad y los planes de gobierno locales y regionales.   Es necesario tener en cuenta que el presupuesto es una herramienta que bien utilizada se convierte en un instrumento que permite apoyar la toma de decisiones, antes y durante el ciclo operativo de producción. (Lea: Tierras, inclusión, emprendimiento y productividad, pilares de la política de mujer rural)   “El presupuesto es sensible, además de sustantivo al diseño del modelo de negocio, no solo por la definición de los recursos, sino por el origen de estos cuando se trata, sobre todo, de buscar apalancar el mismo: crédito o inversión pública/privada”, explica Garavito.   Teniendo en cuenta lo anterior, desarrollar un plan de negocios en el campo es un proceso que requiere de varias etapas, en el cual hay que tener en cuenta variables como el clima o la inestabilidad de los mercados. Así mismo, elementos tecnológicos de producción e infraestructura, con estos se desarrolla un estudio de mercado, estudio técnico y financiero, para así poder planear y ejecutar la iniciativa emprendedora.