Víctor Montero, ingeniero agrónomo, explica que existe una pérdida de nitrógeno por volatilización que el productor debe tener en cuenta al momento de adquirir un producto fertilizante y aplicarlo en los cultivos de su finca.
De acuerdo con Montero, “este fenómeno se relaciona con el momento en el que usted va al almacén y compra cuatro sacos de abono que contenga nitrógeno y va al campo y los aplica de forma inadecuada generando pérdidas”.
Esto quiere decir que el mal manejo que le puede dar el agricultor por el desconocimiento puede derivar una pérdida de dos sacos de abono, pues solo se le saca provecho a la mitad de los que se compraron inicialmente.
Según el profesional, “el margen por esta pérdida oscila desde el 3 al 5%. Hay que aclarar que siempre habrá pérdidas porque es un proceso natural de todos los suelos. Sin embargo, mientras menor sea la pérdida, más cosecha se va a sacar con la misma cantidad de abono, lo que quiere decir que se será más eficiente”.
Roberto Carlos Larios – González, Leonardo García Centeno, Miguel Jerónimo Ríos, Crysbell del Socorro Avalos Espinoza y Joseling Rubí Castro exponen que la volatilización es un proceso más de pérdida del nitrógeno que puede aumentar según factor edafoclimáticos, fuente y método de aplicación. Todo esto, teniendo en cuenta que el “nitrógeno, por su dinámica en el suelo, está sometido a perderse temporal o permanentemente”. (Lea en CONtexto ganadero: Nutrición de las plantas no depende únicamente del Nitrógeno)
Cómo evitar la pérdida de nitrógeno
Para que esta situación no se convierta en un problema para el productor, lo ideal y recomendado por los expertos es que se deben tener en cuenta ciertos aspectos:
* “Elegir un abono que esté protegido. Es decir, hay productos que tienen un recubrimiento que les permite que el nitrógeno no se libere tan rápidamente, sino que vaya haciéndolo conforme lo necesite la planta”, describe Montero quien asegura que se convierte en una ventaja porque el nitrógeno no se va toda una vez se aplica, sino que la planta va quedándose con una pequeña parte en función de sus necesidades. Lea en CONtexto ganadero: La urea no es el único nitrógeno que se puede usar en cultivos)
* Hay que tapar el abono y aplicarlo cerca de la planta debido a que puede perderse. Montero dice que una buena solución es “cultivar luego de aplicar el abono, pues es así como lo hago yo que dejo el abono tapado”.
* Regar luego de aplicar el abono de forma rápida es una de las soluciones que plantea el experto, pero que probablemente puede ser la más difícil. Las plantas adquieren los nutrientes a través del agua por las raíces, por lo tanto, si no se moja el suelo, se puede echar a perder la inversión que se hace con el abono. Montero afirma que, si el productor “no tiene riego o agua segura, espera que vaya a llover para regar el abono. Si quiere no lo tape, pero mójelo”.