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Foto: campogalego.es

Los problemas de nutrientes en los suelos se solucionan aportando altas cantidades de fertilizantes de alta solubilidad.

agricultura

Cómo corregir el problema de los suelos ácidos

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

Explicar cómo se comportan los fertilizantes cuando son aplicados en suelos de praderas y sus implicaciones en la nutrición de las pasturas no es tan fácil. Contexto ganadero expone cómo reducir las pérdidas de nutrientes en las praderas. 

El reto productivos de los ganaderos es transformar pastos y forrajes en leche y carne, conservando los recursos naturales, reduciéndo la entrada de insumos externos, minimizando la contaminación y propendiendo por un sistema más eficiente y productivo, señala Octavio A González, experto en pastos.

Hay que tener claro que la producción forrajera tiene alta relación con la oferta productiva del sistema suelo, dado que sus características fisicoquímicas y biológicas serán determinantes para posibilitar el suministro de nutrientes, que, en última instancia, determinan la cantidad de materia seca que se puede producir.

Lo esencial es “identificar los factores que determinan la dinámica de los nutrientes en el suelo; es decir, la sostenibilidad del sistema no depende de la cantidad de fertilizantes, el sistema de producción forrajero se hace muy costoso y se generarán impactos ambientales lo cual va en contravía de la sostenibilidad del sistema suelo – planta – animal”.

Cómo corregir el problema de los suelos ácidos

La producción de forrajes en países como Colombia se desarrolla en un alto porcentaje en suelos ácidos, con alto aluminio intercambiable, bajo contenido de bases, baja capacidad de intercambio catiónica, bajo contenido de fósforo biodisponible y baja actividad biológica representada por microorganismos transformadores de materia orgánica y microorganismos funcionales del nitrógeno y el fósforo.

Este escenario se constituye en una fuerte limitante para el crecimiento y desarrollo de la pradera, por lo que la producción de forraje verde y materia seca son muy bajos, así como la productividad.

González menciona que “este problema se corrige empíricamente aportando altas cantidades de fertilizantes de alta solubilidad al suelo, con el agravante que la eficiencia de la fertilización en estos suelos es muy baja; para el nitrógeno y potasio de 40 a 60% y para el fósforo en muchos casos de solo el 10%. La oferta productiva de los suelos es baja lo que desestimula a los productores”. (Lea: Los nutrientes del suelo N, P, K)

Es así, como es fundamental establecer prácticas de manejo acordes con esta realidad química y mineralógica de los suelos. Algunas de estas consisten en aplicar enmiendas orgánicas e inorgánicas, pastos adaptados y mejorar la eficiencia en la fertilización.

El fósforo, nitrógeno y agua son fuertemente limitantes del crecimiento de las praderas en los suelos ganaderos, los pastos en estos ambientes se adaptan incrementando su habilidad para competir por nutrientes, establecimiento asociación con hongos del suelo tales como las micorrizas, pues están involucradas en la tolerancia de la especie a suelos ácidos, ya que la simbiosis mejora el desarrollo de la raíz y da cierta tolerancia a la compactación de los suelos. (Lea: ¿Qué son las micorrizas y cómo ayudan a las plantas?)

Las pasturas, colonizadas con micorrizas, desarrollan un buen sistema de raíces en suelos con alta acidez donde el aluminio es altamente disponible y con alto riesgo a ser fitotóxico, concluye.