La enfermedad de achaparramiento del maíz, también conocida como Corn Stunt, es una de las principales limitantes para la producción eficiente de este cultivo, tanto en la producción de grano como en el uso de maíz para silo. (Lea en CONtexto ganadero: Las 10 enfermedades más comunes del maíz)
Esta enfermedad es causada por dos mollicutes: Candidatus phytoplasma asteris (MSBP por sus siglas en inglés) y Spiroplasma kunkeii (CSS por sus siglas en inglés). Ambos patógenos son transmitidos a las plantas de maíz por la saltahojas Dalbulus maidis, su principal vector.
De acuerdo con La corporación colombiana de investigación agropecuaria (Agrosavia), en Colombia la enfermedad ha cobrado relevancia en diversas zonas productoras de maíz, afectando gravemente los rendimiento del cultivo.
A medida que esta amenaza ha aumentado, se ha vuelto fundamental la implementación de herramientas de diagnóstico que permitan la detección temprana de los patógenos, tanto en los insectos vectores como en el tejido vegetal. Esta capacidad de detección temprana se ha convertido en una herramienta estratégica fundamental para los productores quienes pueden tomar decisiones agronómicas basadas en la identificación precisa de los patógenos y el estado del cultivo.
El diagnóstico temprano es una de las claves para mitigar el impacto del achaparramiento del maíz. Según Agrosavia, a través de técnicas de detección molecular, es posible identificar la presencia de Candidatus phytoplasma asteris y Spiroplasma kunkeii en tejidos vegetales de maíz y en adultos del vector Dalbulus maidis recolectados en el campo.
Si se detecta la presencia de los patógenos en los vectores antes de la siembra, se pueden adoptar medidas para reducir su incidencia y evitar su dispersión en las zonas productoras. (Lea en CONtexto ganadero: Extraordinario: nueva tecnología permite curar la mastitis)
Estrategias de manejo y control
Agrosavia expone que para combatir la enfermedad del achaparramiento del maíz, es fundamental implementar un enfoque integrado que combine la detección temprana con prácticas agronómicas adecuadas. Algunas de las principales recomendaciones para el control de la enfermedad incluyen:
1. Respetar las fechas de siembra para cada región.
2. Tratamiento de la semilla frente a insectos chupadores para proteger la planta durante la germinación y emergencia.
3. Establecer trampas amarillas en el momento de preparación del terreno a sembrar.
4. Iniciar el monitoreo desde el establecimiento del cultivo semanal hasta determinado número de Dalbulus por planta.
5. Aplicación de entomopatógenos en el momento de siembra.
6. Garantizar una buena nutrición en la planta y monitorear el cultivo hasta el inicio de la floración.
7. Monitorear las condiciones climáticas. A mayores precipitaciones, menor insecto vector.