Este año, según el gerente general de Acosemillas, Leonardo Alberto Ariza Ramírez, los productores deben apostarle a la tecnificación de sus cultivos, en aras de proporcionar seguridad alimentaria e ingresar a nuevos mercados. Para el directivo de la Asociación Colombiana de Semillas, Acosemillas, Leonardo Alberto Ariza Ramírez, este año los productores agrícolas y ganaderos del país tienen el reto de mejorar los niveles de producción, mediante la adquisición de insumos de calidad. “Colombia es un país que requiere de manera urgente el uso de una semilla certificada. Esta necesidad radica en la búsqueda de la competitividad frente a los retos que tenemos como seguridad alimentaria y el ingreso a nuevos mercados”, aseguró Ariza. (Lea: Competitividad equivale a seguridad en posconflicto, según Fedearroz) El gerente de Acosemillas también fue enfático al mencionar que el país debe volcar sus esfuerzos en la tecnificación de los cultivos, mediante el acceso a semillas para garantizar la competitividad, y también tener a favor factores como: fertilizantes a bajo costo, acceso a tecnología, maquinaria y créditos, todo según el cultivo. Manifestó también que se requiere contar con instrumentos de política agropecuaria. “La semilla por sí sola no es garantía de éxito si no se tienen estas otras condiciones. Hoy, una buena parte de los productores colombianos empiezan a ver la necesidad de adquirir ese insumo certificado; hay trabajos en maíz, algodón, soya y forrajes, pero es importante utilizar productos de calidad con más frecuencia”, manifestó el gerente. ¿Cómo acceder a una semilla de calidad? De acuerdo con el vocero de la Asociación, una semilla certificada proviene de otra que previamente fue registrada ante el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, y se obtiene luego de 5 o 7 años de investigación. (Lea: Estudio propone adoptar biotecnología para reducir importación de maíz) “Con estas semillas se lleva a cabo un trabajo de campo, que además de tiempo requiere de una inversión importante, para que luego el agricultor tenga la garantía de que el producto competirá contra las malezas, algunas plagas y la sequía”, explicó Ariza Ramírez. Sin embargo, el vocero de la entidad aclaró que aquellas “semillas de costal”, caracterizadas por ser ilegales y carecer del registro del ICA, no garantizarán el rendimiento esperado, degenerarán la variedad en la que se trabaja y, además, disminuirán en un 20 %, aproximadamente, la producción. “Es como en la ganadería, cuando no se cuidan las progenies y se llevan a cabo cruces entre hermanos o padres con hijos, la especie se deteriora. Lo mismo sucede con las semillas, si no cuidamos los rigores científicos para que se dé la pureza de la especie, habrá degeneramiento de las variedades”, añadió. La recomendación del directivo fue clara: los productores deben adquirir semillas de calidad en lugares de confianza y en donde se provea un producto con el registro del ICA, a fin de asegurar la producción. (Lea: Los milagrosos frijoles que vencen el cambio climático en Centroamérica)