Favorece la diversidad biológica y cultural, sirve para mitigar y adaptarse mejor a los choques del cambio y la variabilidad climática, cuida la salud de productores y consumidores y propende por una comercialización más justa y sin intermediarios.
Cindy Alexandra Córdoba, doctora en Agroecología de la Universidad Nacional y docente ocasional de la Institución, afirma que a nivel estatal la agricultura ecológica no ha tomado tanta fuerza en términos de políticas, dinero invertido o asistencia técnica, pues no hay interés por promoverla. (Lea: Agricultura y ganadería ecológica, una alternativa sostenible)
Sin embargo, sí hay más desarrollo en las universidades e interés en corrientes alternas que rescatan conocimientos indígenas y campesinos. “El boom del cambio climático y los enormes problemas ambientales del mundo ha despertado esa conciencia”, comenta.
En Colombia los procesos de degradación de los suelos –como salinización, compactación, pérdida de materia orgánica y disminución de fertilidad– han afectado el 29 % del territorio, según se reporta en la “Propuesta del programa nacional de monitoreo y seguimiento de la degradación de suelos y tierras en Colombia: diseño, estructura y estrategias para su implementación”, del Gobierno nacional.
De igual manera, el país importa cerca del 30 % de los alimentos que consume, muchos de los cuales se podrían cultivar perfectamente en territorio nacional aprovechando los conocimientos tradicionales y ancestrales. (Lea: Agricultura ecológica no crece por ausencia de políticas de Estado)
“La agricultura ecológica permite producir alimentos imitando el funcionamiento de la naturaleza y entendiendo los ciclos que logran su autorregulación. Además, incluye las relaciones humanas presentes en la cadena de producción y también las formas de resistencia de las comunidades frente a la homogeneización y las imposiciones externas en torno a las formas de producir, de alimentarse y de ser autónomos, entre otras”.
En ese sentido, destaca que la agricultura ecológica por si sola es un conjunto de prácticas de producción, pero para trascender debe comprender un componente de movimiento social o político.
Para generar una mayor incidencia en favor de las prácticas agroecológicas, el Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) ofrecerá, a partir del 31 de agosto, el VIII Diplomado en Agricultura ecológica.
En este se hará énfasis en los proyectos productivos de las personas, es decir, buscará desarrollar en la práctica un ejercicio fuerte de conversión de sistemas convencionales a ecológicos usando los espacios concretos de los participantes (fincas o huertas urbanas). (Lea: Ganadería Agro Ecológica: Máxima producción al menor costo)
“Al final los grupos van a mostrar las transformaciones que se hicieron y planificaron. Visitaremos sitios en los que la gente ya tiene prácticas ecológicas funcionando y los participantes tendrán una visión de cómo planificar en varios aspectos que no son solo agronómicos, sino también sociales”, menciona la agroecóloga Córdoba.
El diplomado está dirigido a todo público, pero especialmente a productores ecológicos, campesinos, técnicos, profesores, estudiantes y asesores agrícolas interesados en el tema. “Queremos que los participantes conozcan las bases científicas y los lineamientos de los sistemas alternativos de producción”, indica la experta.
Las preinscripciones al curso estarán abiertas hasta el viernes 30 de agosto. Para consultar mayor información puede hacerlo en la página web del IDEA, aquí. (Lea: La agricultura y la ganadería ecológica mejoran la biodiversidad)
Fuente: Agencia de Noticias UN.