La longevidad que caracteriza a la palma de aceite ha abierto la posibilidad de producir plantas idénticas a la original a través del cultivo de tejidos vegetales in vitro ¿La clonación se abre paso como una novedosa práctica agrícola?

La floración de la palma de aceite arranca después del segundo año de ser sembrada en un lugar determinado, y posteriormente tarda casi ocho años en estabilizar su producción. Sin duda, estos cultivos viven mucho tiempo.

Pero la intención de dinamizar la producción y hacer más eficiente la actividad para los campesinos, abre la posibilidad de que la clonación le dé a la industria nuevas luces en torno al desarrollo y futuro del agro. “La posibilidad de producir plantas idénticas partiendo de la original a través de técnicas de laboratorio surge como una estrategia interesante”, le dijo recientemente al diario La República Hernán Romero, coordinador de biología y mejoramiento de la palma, en Cenipalma.

La clonación es una herramienta que poco a poco se ha ido estandarizando y para el caso del sector palmicultor, instituciones como el Centro de Investigaciones en Palma Aceite, ya practican la ‘clonación’ de palmas africanas y americanas, así como la consecución de híbridos que salen de los cruzamientos entre ambas. (Lea: Transferencia de información se impone en el sector palmicultor)

“Con esta tecnología esperamos dar pasos acelerados para la obtención de los materiales genéticos que la palmicultura colombiana necesita, además que esto se vuelve muy importante para acelerar el mejoramiento genético de la palma, y en especial para producir palma de interés en grandes volúmenes”, dijo Romero a La República.

La palmicultura, alineada con prácticas agroindustriales

Asimismo, el pasado 24 de septiembre, en el marco de la XI Mesa Técnica Nacional de la Palma de Aceite, Jorge Alonso Beltrán, jefe de Validación de Resultados y Transferencia de Tecnología de Cenipalma, señaló que desde el sector se han propuesto enfrentar con tecnología e innovación patologías como la pudrición del cogollo, la marchitez sorpresiva y el anillo rojo.

“Para atacar cualquier enfermedad se necesita un trabajo de región, en el cual se apliquen todas las tecnologías. Ese es uno de los retos que tenemos: trabajar con todos los productores. Tenemos la tecnología, pero se necesitamos aplicarla a nivel regional”, apuntó Beltrán. (Lea: Las prácticas agroindustriales se imponen en la palmicultura)

Bajo el lema “Palmicultura productiva con mejores prácticas agroindustriales” los más de 800 asistentes a esta XI versión también participaron en conferencias sobre temas en manejo de plagas y enfermedades, mejoramiento tecnológico, muestras comerciales y casos exitosos en manejo de cultivos.

Todo esto, es una muestra de que la clonación ha dejado de ser un tabú y ha pasado a ser una práctica común que le da a los prodcutores nuevas herramientas para alcanzar la competitividad y dinamizar la cadena productiva.