En 2013, Brasil ocupó el segundo lugar, tras EE.UU., en hectáreas de este tipo de cultivos en el mundo, con 40,3 millones de hectáreas sembradas de maíz, algodón y soya.
Brasil es un país líder en la adopción de cultivos genéticamente modificados (GM). Y es que no es para menos, ya que para 2013 y de acuerdo con los datos del Informe anual sobre la Situación Mundial de los Cultivos Biotecnológicos / genéticamente modificados de 2013, realizado por el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas (ISAAA por sus siglas en inglés), Brasil ocupó el segundo lugar, tras EE.UU., en hectáreas de este tipo de cultivos en el mundo, con 40,3 millones de hectáreas sembradas de maíz, algodón y soya.
Así las cosas, los beneficios de esta tecnología en Brasil han hecho que agricultores como Flavio Augusto Pilau, quien siembra maíz y soya genéticamente modificados, estén sacando provecho de estos cultivos y respalden la biotecnología moderna. “La adopción de cultivos biotecnológicos ha permitido que Brasil entre en una nueva etapa de excelente productividad ya que esta se ha incrementado durante los últimos seis años”, afirma Pilau. (Lea: Estudio confirma beneficios de los cultivos genéticamente modificados)
Este agricultor inició la siembra de cultivos genéticamente modificados en la región de Mato Grosso hace aproximadamente 7 años, y actualmente el
70 % de sus cultivos son biotecnológicos. “Cuando nosotros empezamos a cultivar en Mato Grosso específicamente, cosechábamos de 40 a 42 bultos por hectárea, con el tiempo pudimos alcanzar los cincuenta bultos y hoy en día recogemos en cosecha hasta 55 bultos por hectárea” asegura el agricultor brasilero.
Dentro de los beneficios que él mismo ha podido evidenciar con el uso de semillas GM se encuentra la disminución en el uso de agroquímicos, ya que mientras “el maíz convencional puede necesitar hasta seis aplicaciones de insecticidas, el maíz genéticamente modificado (Bt) ya viene con la característica de resistencia a algunas plagas y aplicamos insecticidas una o dos veces máximo, dependiendo de la época, a veces ni lo requerimos”.
Y por otro lado, como un beneficio indirecto de este tipo de cultivos se encuentra la mejora en la calidad de vida, en palabras del mismo Pilau: “ahora podemos vivir un poco más tranquilos, respirar más despacio, hemos podido saldar las deudas y capitalizarnos”. Al preguntarle sobre su trabajo como productor resalta las cualidades de su oficio: “me gusta mucho lo que hago y encuentro en esta actividad algo cautivador”. (Lea: La biotecnología abre el debate entre productividad y salud humana)
Es de anotar que la rápida adopción de cultivos genéticamente modificados en Brasil tiene que ver con la efectividad de su sistema regulatorio que le permite evaluar y aprobar el ingreso de este tipo de cultivos al país de una forma oportuna, garantizando el acceso a la mejor tecnología a los agricultores, buscando la competitividad y el desarrollo del sector agrícola.