Este controlador de insectos se obtiene de células provenientes de semillas y hojas del árbol de neem, originario de la India y conocido por sus propiedades medicinales. En la elaboración del producto, desarrollado por investigadores de la Universidad Nacional sede Medellín, se utilizó el cultivo de células de dicho árbol en tanques de agitación (biorreactores), el cual resultó eficaz para atacar a Spodoptera frugiperda, gusano que ataca principalmente los cultivos de maíz. (Lea: Conozca los múltiples usos del árbol de Neem en la ganadería) Para la formulación se extrajo el componente activo (limonoides) de las células, que a su vez se cultivan en matraces (recipientes de vidrio) y en tanques agitados, también llamados biorreactores. El siguiente paso fue separarlas, prepararlas con solventes como alcohol etílico o etanol y vaporizarlo para obtener el ingrediente activo. El producto final se utiliza para la formulación con apariencia de emulsión, la cual incluye cerca de un 20 % de agua y un 20 % de aceite de ricino. Además se incluye un compuesto que absorbe la radiación ultravioleta para que el ingrediente activo no se degrade, ya que “los limonoides, al igual que varias moléculas de origen natural, se pueden descomponer por acción de la temperatura y la luz”, explica el profesor Fernando Orozco Sánchez, de la Facultad de Ciencias de la U.N. Sede Medellín. (Lea: 3 métodos para controlar ecológicamente las plagas) El gusano cogollero puede causar altas pérdidas económicas, pues está presente en todo el ciclo de cultivos como el de maíz, cuya cosecha en Colombia aumentó en septiembre de 2016 en los departamentos de Córdoba y Meta, mientras que en el Valle del Cauca se incrementó en marzo, según la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce). Cultivo de células La eficacia del producto y del principio activo fue evaluada en ensayos de laboratorio, en los que se compararon segmentos de hojas de plantas de maíz con y sin la formulación. Como allí se ponen las larvas de gusano cogollero, se evidenció que en un 90 % de las ocasiones este elige aquellas que no tienen el componente activo. Además se demostró en campo que se puede proteger un cultivo, como se registró en la Estación Agraria Cotové, en Santa Fe de Antioquia, donde también se realizaron experimentos en un área de 180 m2 divididos en tres áreas de 60 m2 cada una. (Lea: Organismos benéficos para el manejo de las plagas) “En la medida en que se desarrollen productos naturales biotecnológicos se disminuirá la presión sobre el medioambiente, ya que los principios activos se pueden producir en recintos cerrados sin necesidad de expandir la frontera agrícola ni destruir bosques, selvas o páramos”, afirma el profesor Orozco. Este estudio fue realizado por Carolina Zuleta Castro, magíster en Biotecnología, con participación de varios estudiantes de pregrado y posgrado. El proyecto se realiza conjuntamente desde hace alrededor de 15 años, con el profesor Rodrigo Hoyos Sánchez, de la Facultad de Ciencias Agrarias. Los insecticidas botánicos tienen una participación de entre el 3 % y el 10 % del mercado nacional. “Es difícil comercializarlo en el país porque la legislación colombiana permite la aplicación de insecticidas químicos en cualquier cantidad. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Colombia es el cuarto país que más pesticidas químicos aplica por hectárea, después de países como Mauricio, Costa Rica y China”, asegura el profesor Orozco. (Lea: Control natural de plagas, una propuesta de estudiantes lasallistas) Por la baja oferta de controladores de insectos alternativos y la toxicidad de insecticidas químicos, la tecnología del cultivo de células se convierte en una opción, ya que permite incrementar la producción de insecticidas botánicos. La innovación, explica, es el método de producción del compuesto mediante el cultivo de células, el cual no requiere del uso de la tierra. Actualmente el profesor Orozco Sánchez y otros investigadores trabajan en el desarrollo de otros productos biotecnológicos a partir de plantas nativas colombianas como borojó y cedrón rojo. (Lea: La importancia de ejercer control sobre las plagas en los predios) Fuente: Agencia de Noticias UN.