La cochinilla acanalada es una especie de insecto chupador de la familia Monophlebidae del orden de los hemípteros, el mismo grupo de las chinches y las cigarras, actualmente tiene presencia en la zona urbana y causa debilitamiento a las plantas e incluso su muerte. La Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, adelanta un estudio para el control de esta plaga mediante un proyecto de investigación titulado: Control biológico y químico de la cochinilla acanalada Crypticerya multicicatrices Kondo & Unruh (Hemiptera: Monophlebidae). Los primeros resultados indican que, a partir de la determinación de los efectos de factores ambientales sobre la duración del ciclo de vida de la cochinilla acanalada, las condiciones de alta radiación solar y poca lluvia favorecen un desarrollo más rápido y mayor supervivencia de la plaga, haciendo necesario incrementar las acciones de monitoreo y control en campo en época seca. (Lea: Estos animales contribuyen a preservar el medio ambiente) “La lluvia es un factor de mortalidad importante en esta especie porque su hábito es adherirse a las estructuras de árboles, lo que nos indica que precipitaciones fuertes pueden causar que estas se desprendan fácilmente causándoles la muerte, es decir, el verano, que es muy común en la región, hace que estas poblaciones aumenten”, explicó Carlos Brochero, experto del Centro de Investigación Caribia de Corpoica. Se seleccionó la cría de la Anovia punica Gordon o mariquita nativa, luego de una búsqueda de enemigos naturales por la Región Caribe, por ser la mejor alternativa para controlar biológicamente la cochinilla acanalada, por su amplia distribución geográfica, el potencial uso en diferentes condiciones ambientales, la fidelidad a la presa, ya que hasta el momento todas las presas conocidas de la mariquita nativa son cochinillas de especies cercanas a la Crypticerya multicicatrices y finalmente la facilidad para su cría masiva en condiciones controladas y de semi-campo. En la región Caribe la cochinilla acanalada ha sido reportada en los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena y Sucre, usualmente asociada a la vegetación en áreas urbanas y periurbanas y eventualmente como plaga en cultivos de mango y en palmeras ornamentales. En la Isla de San Andrés fue introducida accidentalmente alcanzando estatus de especie invasora en 2010, convirtiéndose en un grave problema para las comunidades de la isla. (Lea: Insectópolis: gran muestra entomológica internacional) En Santa Marta se determinó que aquellos árboles de mango con copas frondosas presentan en promedio poblaciones mayores de cochinilla acanalada que aquellos que tienen copas más abiertas. “Hacer fumigaciones con insecticidas en zonas urbanas afecta los enemigos naturales y puede generar mayor crecimiento de esta cochinilla o de otras plagas. De acuerdo a esta investigación, la recomendación es la implementación de prácticas de poda y mantenerlos en un buen estado con riego y fertilización adecuada”, puntualizó Brochero.