Colombia atraviesa por una de las emergencias ambientales más fuertes de los últimos años producto del Fenómeno de El Niño. En diferentes regiones del país se han registrado altas temperaturas ocasionando conflagraciones que no solo afectan los ecosistemas y todas las formas de vida que allí habitan, sino también los suelos y cultivos que son esenciales para la sostenibilidad alimentaria.
Para minimizar los impactos que se generan debido a las altas temperaturas, como las que afectan gran parte del país, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) recomienda a los productores, implementar prácticas diferentes a las habituales con el fin de garantizar el cuidado del suelo y el manejo adecuado de sus cultivos.
Entre dichas recomendaciones está la de aumentar la cantidad de materia orgánica, para mejorar la estructura, aireación y drenaje del suelo e incrementar su capacidad para retener nutrientes y agua.
Así mismo, implementar la técnica de “mínima labranza”, realizando el menor número de pasadas en el suelo, el cual mejora las propiedades físico-químicas del mismo. (Lea en CONtexto ganadero: 3 medidas que los ganaderos pueden tomar para evitar erosión de suelos)
Erradicar prácticas insostenibles para el suelo que ponen en riesgo su cuidado y protección como la eliminación de la cobertura vegetal y la quema inmediata del rastrojo. Esto afecta la actividad de los microorganismos que ayudan a recuperar la estructura del suelo y su capacidad productiva.