En España vienen trabajando en un proyecto en el que los drones se convierten en una herramienta eficiente para aplicar esa clase de productos químicos y de paso minimizar sus riesgos asociados.
El uso de productos fitosanitarios ―productos químicos que tienen el objetivo de evitar plagas y prevenir y curar enfermedades de las plantas― en la agricultura es clave para conseguir producciones de calidad y asegurar la viabilidad técnica y económica en la producción de alimentos. Ahora bien, éstos pueden contribuir a la contaminación del suelo, el agua y del aire, y a la pérdida de la biodiversidad. (Lea: Drones: Su aporte en la construcción de un mejor sector agropecuario)
Es por ello que, en el año 2020, la Comisión Europea se comprometió a reducir en un 50 % el empleo y el riesgo de plaguicidas químicos en la estrategia ‘De la granja a la mesa’, un elemento clave del Pacto Verde Europeo.
Una de las vías para hacerle frente es mediante la agricultura de precisión, con lo que los productos fitosanitarios pueden aplicarse de manera localizada y más eficiente, y reducir, de esta manera, su impacto ambiental. En esta línea, la tecnología dron puede ser una buena herramienta para aplicar de forma eficiente los productos fitosanitarios y minimizar sus riegos asociados.
Por ahora, pero, se considera que la aplicación con drones es una aplicación aérea, al igual que las aplicaciones con avionetas o los helicópteros, razón por la cual están sometidos a una regulación más estricta que las aplicaciones terrestres. (Lea: Con drones y cámaras se contribuye a la preservación de bosques)
El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) es uno de los participantes en el grupo operativo estatal Phytodron, que quiere generar datos y conocimiento sobre el uso de los drones como una herramienta segura para aplicar productos fitosanitarios en viña, olivo y en el ámbito agroforestal, y avanzar en el marco que regula su uso.
Según explica Luis Asín, jefe del programa de Fruticultura del IRTA, “se ha demostrado que los drones son más adecuados que otros medios para aplicar productos químicos en parcelas pequeñas, zonas de difícil acceso para algunos vehículos o terrenos montañosos”.
A pesar de ello, todavía hace falta “conocer mejor su efectividad a la hora de aplicar los productos fitosanitarios, estudiar los diferentes métodos de aplicación, los efectos del viento y la velocidad del vehículo, así como evaluar la deriva asociada”.Con este fin, en el marco del proyecto, esta mañana se ha llevado a cabo el primer estudio de aplicaciones en dron en unos campos de viña del término municipal de Raimat, en Lleida. (Lea: Con drones analizan la calidad nutricional de praderas)
El grupo operativo Phytodron se inició en marzo del 2021 y está previsto que finalice el marzo del 2023. Entre los resultados que se esperan destacan: que el dron pase a ser una nueva herramienta de aplicación de los productos fitosanitarios, disminuir la cantidad de solicitudes de tratamientos aéreos de acuerdo con la normativa europea y generar suficiente conocimiento para que la aplicación de productos fitosanitarios con tecnología dron pueda dejar de considerarse un tratamiento aéreo y sea considerada un tratamiento terrestre. “Eso permitirá que se realicen tratamientos en el momento que haga falta, de forma precisa y en el momento adecuado”, afirma Asín.
Phytodron es un grupo operativo en el que participan, además del IRTA, dos centros de investigación más, Neiker y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC); tres empresas ―BASF, Syngenta y Corteva Agriscience―; dos universidades ―la Universidad de Sevilla y la Politécnica de Madrid―; tres asociaciones de agricultores ―DeCoop, Baskegur y la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV)―, una asociación empresarial ―la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA) ―, el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias y el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST).
Fuente: Agronews Castilla y León.