La frase ‘ponerle un sombrero al suelo’ es una metáfora que se refiere a la importancia de la cobertura vegetal en la protección y conservación del suelo. Este concepto es fundamental en la agricultura sostenible y la gestión de recursos naturales, ya que el suelo es uno de los recursos más vitales para la vida en la Tierra. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Cuáles son las opciones para hacer cobertura de suelos?)

La cobertura vegetal se refiere a las plantas o restos vegetales que cubren la superficie del suelo. Esta cobertura puede estar compuesta por cultivos, pastizales, arbustos, o incluso residuos de cosecha que quedan sobre el terreno.

Martín Simian, especialista en ganadería regenerativa, expone que “se necesita colocarle un sombrero al suelo, tal cual se lo colocan los productores para protegerse del sol al momento de recorrer el campo”.

El profesional agrega que este ‘sombrero del suelo’ disminuye la evaporación, ya que está menos expuestos al viento y a los rayos del sol, además que permite aumentar la infiltración cuando llueve.

Al ponerle ‘sombrero del suelo’ mediante la cobertura vegetal, se reduce la evaporación y se mantiene la humedad en la capa superior del suelo. Esto no solo mejora la disponibilidad de agua para las plantas, sino que también favorece la actividad microbiana, que es fundamental para la descomposición de materia orgánica y la liberación de nutrientes esenciales para el crecimiento vegetal.

En conversaciones con Ricardo Arenas Ovalle, médico veterinario especialista en Finanzas y Negocios Internaciones y especialista en Gerencia de Empresa Agropecuarias, “el suelo debe estar siempre con una cobertura vegetal, protegido del sol, el viento y el agua. Las raíces de las plantas que se tengan encima del pasto le dan firmeza para que no se ruede con los inviernos fuertes”.

Esto quiere decir que la cobertura vegetal actúa como un aislante térmico. Al reducir la cantidad de luz solar que llega directamente al suelo, se moderan las fluctuaciones de temperatura. Esto es particularmente importante para los microorganismos y la fauna del suelo, que dependen de condiciones estables para llevar a cabo procesos como la descomposición y la fijación de nitrógeno.

De acuerdo con Arenas Ovalle, el momento de la siembra es fundamental para el cuidado del suelo, pues lo ideal es que cuando se abre el suelo para incorporar las semillas, el productor lo debe hacer lo más pronto que pueda, ya que de lo contrario queda desprotegido y expuesto a cualquier daño.

Uno de los sistemas que le ‘pone el sombrero al suelo’ es la ganadería sostenible, con la que por medio de la siembra de árboles y arbustos se crea un recubrimiento del suelo con materia orgánica y cobertura vegetal que le devuelve nutrientes al suelo.

En palabras de Arenas Ovalle, “la ganadería sostenible siempre tiene cultivos encima, árboles y vegetación. Por eso este sistema se debe promover en la actualidad, ya que cuida la calidad de los suelos y evita la erosión”. (Lea en CONtexto ganadero: Regeneración de suelos mediante ganadería sostenible)

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