La compañía estadounidense Colossal Biosciences logró crear crías con rasgos de lobos extintos hace 13.000 años, lo que ha revivido el debate sobre los límites éticos y científicos de la clonación. Desde el campo colombiano, veterinarios plantearon cómo esta tecnología puede revolucionar la ganadería, sin perder de vista los riesgos.
Tres lobos clonados nacieron en una instalación en el norte de EE. UU., portando genes de una especie extinta, y con ellos también resucitó una gran pregunta: ¿hasta dónde debe llegar a ciencia?
Inspirados por los lobos de huargos de la reconocida serie Juego de tronos, los científicos de Colossal Biosciences anunciaron el nacimiento de tres lobos creados a partir de la edición genética de lobos grises. Los resultados asombran porque son cachorros más grandes, con pelaje blanco y espeso, con características que evocan al lobo gigante extinto hace más de trece milenios.
Los cachorros, llamados Rómulo, Remo y Khaleesi, poseen rasgos físicos notables como ser más grandes que sus parientes grises, con pelaje denso, pálido y una fisionomía similar a sus ancestros extintos, como se menciona en el portal New York Times.
El experimento marca un hito en los esfuerzos por lograr la desextinción, es decir, revivir especies desaparecidas. La empresa editó 20 genes clave y los implantó en óvulos caninos, dando lugar a un proceso que algunos llaman milagroso y otros, una nueva caja de Pandora.
Estos son dos cachorros de los clones de lobo terrible o lobo huargo (direwolf en inglés). A la izq., Rómulo y a la der. Remo, nombrados como los hermanos gemelos del mito de la fundación de Roma. Foto: El Español.
Ciencia con advertencias
Sin embargo, el médico veterinario y genetista Ricardo Camacho planteó que no se trata de la resurrección de una especie extinta: “No estamos hablando de una desextinción como tal, porque realmente es un animal genéticamente modificado. Fenotípicamente puede parecerse, pero no es el mismo animal extinto”.
Camacho señaló que, aunque los lobos creados por Colossal comparten el 99 % del ADN con los lobos gigantes, ese 1 % restante representa un océano de diferencias. Desde la comunicación entre genes, hasta el entorno, la alimentación y los microbios intestinales, nada es igual.
En sus palabras dijo que “muy probablemente el comportamiento será el del lobo gris, porque ese fue el que lo crío”.
Además, expuso sobre los riesgos biológicos y genéticos de manipular estructuras tan complejas sin conocer todos los efectos secundarios. “Ese uno por ciento de diferencia genética puede causar silenciamientos, sobreexpresiones o mutaciones no previstas”.
En Colombia, la clonación tiene otra meta
Mientras la ciencia en Estados Unidos apunta a la reconstrucción genética de especies extintas, en Colombia el foco está puesto en la productividad animal.
Cesar Jiménez, médico veterinario, planteó un enfoque práctico: “En ganadería se ha venido utilizando la clonación para replicar animales élite. Lo que se busca es tener muchas veces ese mismo animal excelente y aprovechar su productividad y todas sus condiciones”. (Lea en CONtexto ganadero: Así van los primeros clones bovinos de Colombia)
Jiménez explicó que desde hace algunos años, se ha comenzado a experimentar con técnicas de clonación en razas cebuinas como brahman o gyr. El objetivo es asegurar animales con características deseables, como resistencia, producción de leche o ganancia de peso, para multiplicar su presencia en los hatos.
Según el veterinario, el proceso se basa en obtener la información genética completa de un individuo a partir de una célula de cualquier tejido. Esa “fotografía genética” se replica hasta formar un embrión y, posteriormente, un nuevo ser.
“Es exactamente igual al original. Y, como ya sabemos que ese animal fue productivo, la idea es asegurar que sus réplicas lo sean también”, expresó el profesional.
A pesar de las diferencias en escala y objetivos, ambos casos coinciden en un punto crucial: el uso de la clonación como herramienta de transformación biológica. Mientras Colossal mira al pasado para preservar la biodiversidad del futuro, la clonación como se aplica en las ganaderías mira al presente para garantizar seguridad alimentaria y sostenibilidad productiva.
Para Camacho, el riesgo no solo está en lo biológico, sino en la nueva especiación que se genera. “Cuando el hombre mete la mano en la creación de Dios, los resultados no siempre son los mejores”.
Estos son los clones producidos en Colombia de la vaca Randa, de la ganadería El Tesoro, en el Centro de Desarrollo Tecnológico Ganadero del Cesar, CDT. Foto: José Jaime Pulido
¿Clonar para conservar o para producir?
El renacer del lobo gigante plantea preguntas como ¿es desextinguir una especie realmente conservarla?, ¿hasta qué punto es válido intervenir en la genética animal? Y desde la otra orilla, ¿puede la clonación masiva de animales productivos ser la solución a la creciente demanda de alimento?
Jiménez advirtió que “desde el punto de vista productivo y de avance genético, resulta muy interesante asegurar que se tendrá animales de mayor nivel de productividad. Pero también hay factores externos como el ambiente y la alimentación que pueden hacer que no se comporte igual”.
En otras palabras, aunque la genética ofrece garantías, la naturaleza sigue teniendo la última palabra. (Lea en CONtexto ganadero: Clonación, genómica y transgénicos, los nuevos retos en biotecnología reproductiva)
Finalmente, aplaudir este avance científico no implica ignorar los dilemas que lo acompañan. Y si bien en los campos ganaderos de América Latina la clonación puede ser la llave hacia una productividad más eficiente, también requiere un manejo ético y estratégico.