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Orinoquía se proyecta como potencia ganadera al estilo de Mato Grosso en Brasil

CONtexto ganadero 12 de Marzo 2025
Ganado bovino OrinoquíaFoto: Ramón Guillermo GonzálezLa región colombiana tiene características geográficas similares a las del estado de Mato Grosso de Brasil, de acuerdo con el documento de Fedesarrollo.

Esta región colombiana tiene el potencial de convertirse en epicentro ganadero y agropecuario de talla mundial, replicando el modelo del estado brasileño, reconocido por su producción pecuaria. Según Fedesarrollo, este territorio podría elevar el PIB agropecuario nacional en más del 20 por ciento para 2045 y generar hasta 53.900 empleos anuales.


Según un informe de Fedesarrollo, la Orinoquía colombiana comparte características geográficas con Mato Grosso, ubicado en el centro oeste de Brasil, una región que en 40 años pasó de 1 a 20 millones de hectáreas cultivadas y se consolidó como el principal productor de ganado bovino y de granos del país sudamericano.

Si Colombia logra replicar esta trayectoria en la Orinoquía, el impacto macroeconómico sería significativo: el PIB agrícola podría crecer a una tasa anual de hasta 12,9 por ciento en Vichada y 14 por ciento en Meta entre 2024 y 2045. El efecto acumulado sobre la economía nacional representaría el 51,2 por ciento del PIB de 2023, con la creación de entre 39.000 y 53.900 empleos anuales.


Similitudes con Mato Grosso


Mato Grosso ha logrado consolidarse como el mayor productor de ganado y de granos y en el mundo. Entre 1980 y 2020 alcanzó las 20 millones de hectáreas cultivadas, y en 2024 se constituyó como el primer productor de ganado bovino, soya, maíz y algodón de Brasil, bienes en los que este país es líder global.

El documento ‘Propuesta para el desarrollo de la Orinoquía colombiana’, realizado por Fedesarrollo y escrito por Rafael Puyana, Helena García, Luis Fernando Mejía, Indira Porto, Manuela Bernal y Camila Zambrano, sostiene que la Orinoquía puede imitar este ejemplo toda vez que tiene características geográficas similares a las de Mato Grosso, y en particular a las de la subregión de la Altillanura.

Al igual que la región colombiana, sus suelos presentan pH ácido, son tóxicos en aluminio y deficientes en calcio y magnesio, lo que los hace muy poco productivos. Además, cuentan con una fuerte estacionalidad en la oferta de agua, con prolongados periodos de lluvias seguidos por largas sequías.

Sin embargo, la región brasileña atrajo flujos constantes de inversión durante décadas, impulsando el desarrollo del sector agropecuario. “Desarrolló modelos de agronegocios que no solo expandieron la tierra cultivada, sino que también aumentaron la productividad mediante cadenas de valor agregado”, señaló el documento.

En contraste, la Orinoquía sigue teniendo un bajo desarrollo productivo. En 2023, el déficit comercial de granos en Colombia alcanzó los USD 3.100 millones, y solo 238.000 hectáreas fueron cosechadas, apenas el 3,4 por ciento de su frontera agrícola de 6,9 millones de hectáreas. Como resultado, la pobreza en la región es mucho mayor que en el resto del país, con una situación especialmente crítica en la Altillanura.

“Seguir una senda como la de Mato Grosso y si se implementan las reformas necesarias se impactaría al PIB agropecuario nacional y este sería superior al 20 por ciento hacia el 2045”, afirmó el documento.


5 desafíos para transformar la Orinoquía


De acuerdo con los expertos del Centro de Pensamiento Económico de Fedesarrollo, para que la Orinoquía alcance su potencial y se convierta en un motor del agro colombiano, es necesario superar cinco grandes retos:

  1. Reformas legales e institucionales: Los problemas no resueltos en torno a la propiedad de la tierra en las áreas rurales presentan barreras a la inversión y al desarrollo a largo plazo.
  2. Infraestructura y logística: Al igual que en las primeras etapas de Mato Grosso, la Orinoquía enfrenta una red de transporte poco desarrollada y altos costos logísticos.
  3. Adecuación de agroinsumos: La región requiere importantes inversiones en insumos agrícolas para mejorar sus suelos ácidos, similar a los obstáculos iniciales en Mato Grosso.
  4. Capital humano y financiamiento: El desarrollo de una fuerza laboral capacitada y el acceso a financiamiento para la adopción de tecnologías agrícolas modernas resultan esenciales para apoyar un crecimiento eficiente y sostenible.
  5. Encadenamientos productivos en proteínas: La generación de valor agregado debe ir más allá del modelo agrícola, y estar basado en la producción de proteínas con alta eficiencia y productividad, lo cual genera encadenamientos sobre amplios sectores económicos y mayor valor agregado.
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