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¿Se estigmatizó a la ganadería por moda? La ciencia responde

Melanny Orozco 10 de Abril 2025
La ciencia responde desde DublínFoto: iica.intLa Declaración también resalta que reducir la ganadería a una simple fuente de emisiones ignora su rol integral en el funcionamiento de los ecosistemas agrícolas.

En medio de un debate cada vez más polarizado, un grupo internacional de científicos lanzó la Declaración de Dublín, que urge a repensar el papel de la ganadería en la sociedad. La evidencia científica se convierte en un faro para orientar decisiones responsables sobre la salud humana, la economía del campo y el medio ambiente.


Un nuevo manifiesto científico internacional irrumpe en el debate global sobre ganadería, reclamando menos ideología y más evidencia para enfrentar los desafíos alimentarios del futuro.

Redactada por expertos de múltiples disciplinas, la Declaración de Dublín pone en el centro de la discusión un principio clave: los sistemas ganaderos no pueden ser juzgados a través del prisma del reduccionismo ni el fanatismo.

La ganadería debe avanzar con base en criterios científicos de la más alta calidad”, sostiene el documento. (Lea en CONtexto ganadero: Entendiendo los estigmas de la ganadería relacionados con la emisión de GEI (parte I))

Para Augusto Beltrán Segrera, secretario técnico del Fondo de Estabilización de Precios (FEP) de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), esta declaración llega en un momento crítico: “Nos ofrece una oportunidad invaluable para reimaginar y fortalecer la ganadería en nuestro país”.

En su visión, adoptar un enfoque equilibrado y técnico no es solo deseable, sino urgente, teniendo en cuenta que “invertir en ganadería responsable es invertir en la salud de nuestra población y en el bienestar de nuestras comunidades”.


Entre la necesidad y la crítica


La paradoja que enfrenta hoy la ganadería es que mientras algunos sectores piden su reducción drástica por razones ambientales, unos tres mil millones de personas dependen de sus productos para satisfacer necesidades nutricionales básicas.

En muchos países, estas carencias se traducen en anemia, retraso en el crecimiento y desnutrición severa, especialmente entre niños, mujeres embarazadas y adultos mayores.

Los científicos que respaldan la Declaración advirtieron que limitar el consumo de alimentos de origen animal sin considerar estas realidades podría tener efectos devastadores para la salud pública.

La evidencia más reciente en fisiologíam epidemiología y antropología coincide en que la carne, la leche y los huevos siguen siendo pilares esenciales en una dieta humana saludable, sobre todo en contextos de vulnerabilidad nutricional.

La Declaración también resalta que reducir la ganadería a una simple fuente de emisiones ignora su rol integral en el funcionamiento de los ecosistemas agrícolas. Rumiantes y animales de pastoreo permiten reciclar biomasa no comestible, restaurar suelos degradados y contribuir a la captura de carbono cuando se gestiona bajo principios agroecológicos.

Desconocer este impacto positivo puede conducir a políticas contraproducentes. En lugar de prohibiciones y estigmatización contra el gremio ganadero, la ruta debe enfocarse en la innovación, mejora tecnológica y sostenibilidad.


Más allá de lo ambiental


La dimensión socioeconómica es quizás la menos discutida, pero no menos relevante. La ganadería ha sido históricamente fuente de ingresos, empleo y seguridad para millones de familias rurales. (Lea en CONtexto ganadero: Qué deben hacer los productores para borrar la mala imagen de la ganadería)

Además, en zonas donde el acceso a sistemas bancarios es limitado, la posesión de ganado es el principal activo financiero de comunidades enteras. Por lo tanto, lejos de ser un lujo o una tradición obsoleta, la ganadería continúa siendo un motor de desarrollo.

En ese sentido, la Declaración de Dublín no busca silenciar voces críticas, sino enriquecer el debate con datos, siendo un esfuerzo global para devolverle a la ciencia su lugar en las decisiones que afectan a millones. Para Colombia y otros países con una fuerte base agropecuaria, ignorar este llamado sería un error estratégico.


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