Investigadores de la Universidad de Florida prueban un suplemento de linaza y guisante que disminuye gases emitidos por las vacas y mejora su eficiencia alimenticia. Aunque los resultados son preliminares, el hallazgo abre la puerta a una alternativa para mejorar la producción de los animales y reducir su impacto ambiental.
La ganadería lechera podría estar a las puertas de un cambio importante. Científicos de la Universidad de Florida han desarrollado un nuevo suplemento alimenticio para el ganado que reduce la emisión de metano y mejora la digestibilidad de los nutrientes, según publicaron en el Journal of Dairy Science. (Consulte el estudio en inglés aquí)
Antonio Faciola, investigador principal, explicó que el suplemento, elaborado a partir de proteína de linaza y guisante, señaló una notable disminución en la producción de gas metano durante los ensayos de laboratorio.
"Este suplemento tiene múltiples beneficios potenciales", aseguró Faciola. (Lea en CONtexto ganadero: Mejora genética reduce emisiones y optimiza la ganadería)
El experimento mostró que las vacas no solo podrían contaminar menos, sino también aprovechar mejor la energía de los alimentos, lo que derivaría en una mayor producción de leche.
El metano es un gas de efecto invernadero muy potente que contribuye significativamente al calentamiento global. En este contexto, cada eructo o flatulencia del ganado representa una amenaza ambiental.
"Necesitamos que las vacas produzcan más leche con la misma cantidad de alimento", expresó Faciola, enfatizando la necesidad de innovar para abastecer a una población mundial en constante crecimiento.
La investigación apunta a una doble meta: disminuir la huella de carbono de la ganadería y aumentar la eficiencia en la producción láctea.
Del laboratorio al potrero
James Vinyard, profesor asistente de investigación en la Universidad de Alaska y exestudiante posdoctoral de la Universidad de Florida, fue pieza clave en el desarrollo de este estudio. Vinyard simuló la digestión del ganado en laboratorio, agregando el suplemento al rumen artificial para medir las reacciones.
"Logramos reducir la producción de metano y, al mismo tiempo, mejorar la fermentación general", afirmó Vinyard.
Gracias al contenido de ácidos grasos omega-3 y proteínas, el suplemento optimizó la conversión de nutrientes. Sin embargo, aún queda pendiente la siguiente fase: comprobar si los resultados de laboratorio se replican en condiciones reales con animales vivos.
Mirada desde el campo
Para conocer la opinión de un especialista del sector, CONtexto ganadero consultó a José Gustavo Ramírez, ingeniero agrónomo especializado en nutrición animal. Ramírez valoró positivamente la iniciativa: "Toda tecnología que reduzca las emisiones y mejore la eficiencia productiva es bienvenida".
Subrayó, no obstante, que la clave será el costo del suplemento y su adaptabilidad a los diferentes sistemas de producción. También destacó que es fundamental que la investigación contemple diversos tipos de ganado y condiciones climáticas para garantizar su eficacia generalizada.
"Si el suplemento demuestra ser accesible para los ganaderos y mantiene los niveles de productividad, podría marcar un antes y un después en la industria", dijo Ramírez.
Desafíos
El equipo de la Universidad de Florida ya planea nuevos estudios en campo para analizar los efectos del suplemento en producción de leche, salud animal y viabilidad económica. La seguridad alimentaria también estará en el centro de estas investigaciones, buscando sistemas de producción que permitan alimentar a más personas de forma sostenible.
"Alimentar a más gente con menos recursos es el gran desafío que enfrentamos", aseguró Faciola. Una meta que exige innovación constante y la adopción de nuevas prácticas que beneficien tanto al medio ambiente como a la economía de los productores.