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“No me siento cantante, me siento ganadero”: Joaquín Guiller, entre la tarima y el potrero

Angie Barbosa 12 de Abril 2025
Joaquín GillerFoto: contextoganadero.comA Guiller le preocupa que el campo sea percibido como improductivo o poco atractivo, cuando para él es todo lo contrario.

El artista popular cuenta cómo su vida gira más alrededor de la finca que del escenario. A sus 42 años, defiende con orgullo su vocación pecuaria y busca inspirar a los jóvenes a volver al campo.


Joaquín Guiller, conocido por su carrera en la música popular, no se define por su voz ni por sus canciones. Su verdadera pasión está lejos de los reflectores.

No me siento cantante, me siento ganadero”, confesó en entrevista con CONtexto ganadero, dejando claro que, aunque la música le ha dado mucho, el campo es su origen y su destino. (Lea en CONtexto ganadero: "Volví como martillo para ser parte de la historia de la ganadería en Colombia": Mauricio Vélez)

“Nací en una finca en Briceño, Antioquia”, recordó. Desde pequeño estuvo rodeado de vacas, pastos y ordeños. Su familia se dedicaba a la lechería, pero cuando tuvo la oportunidad de asumir la administración de la finca, tomó las riendas con decisión. Desde 2006 está al frente de su predio en Planeta Rica, Córdoba, donde hoy se dedica principalmente a la ceba de ganado.


Del Bajo Cauca a Córdoba


“Hice el cambio y me incliné por el tema de la ceba”, dijo. Su experiencia lo llevó desde Caucasia hasta Córdoba, una de las regiones más ganaderas del país. Ahí encontró no solo una oportunidad económica, sino también una forma de vida. Para él, el campo es “mi actividad principal y mi desestrés”.

A pesar de haber probado otras líneas de producción como la cría, Guiller reconoce que no todas se adaptan a su rutina.

“No fui capaz, no porque me quedara grande el trabajo, sino porque mi actividad económica de la música no me permitía el tiempo que requiere una cría”, explicó. Por eso, su enfoque se basa en comprar novillos de 300 a 330 kilos y llevarlos hasta los 530 kilos.

En su finca, los días empiezan temprano. “Me levanto normalmente 5 o 5:30 de la mañana, vamos al corral, vemos el ordeño... y tipo 7 estamos rumbo a los potreros”, relató. Recorre la finca, verifica los pastoreos, supervisa el suministro de sal y revisa el avance de los trabajos.

A lo largo de su vida lo han acompañado por las voces de Charrito Negro, Darío Gómez y Vicente Fernández. “Cualquier canción de ellos me transporta a esa infancia de estar ordeñando vacas”, recordó.

Desde los 8 años ya sabía lo que era madrugar a coger café y soñar con ser artista. Hoy, después de haber cumplido ese sueño, se queda con las botas puestas. (Lea en CONtexto ganadero: Yeison Jiménez: Más allá de la fama musical, el compromiso con la ganadería sostenible)

La vida familiar también gira alrededor del campo. Su esposa se encarga de la parte administrativa desde Medellín, y su hijo Juan José lo apoya con el manejo de las fincas cuando él no está, con la propiedad del que sabe que debe continuar el legado de su padre.


Defender el campo con el ejemplo


Guiller tiene una preocupación constante: la percepción del campo como algo improductivo o poco atractivo. “No se equivoquen”, advierte. “No miren la ganadería o el campo como una actividad que no es fructífera económicamente. Se los digo yo, que soy del campo, que soy ganadero, y que hoy vivo una vida sabrosa gracias al campo”.

Por eso, decidió contar su historia, no para lucirse, sino para motivar. “Quise contar un poco de mi historia hoy a mis 42 años y mezclarla un poco con esos pelados de la ciudad... hay gente del campo que se quiere ir para la ciudad y gente de la ciudad que quiere irse al campo”, reflexionó.

Y lo logró. Con su relato, ha conectado con muchos jóvenes que hoy se interesan por la vida rural. “Todos los pelados hoy quieren ser agropecuarios”, dijo con una sonrisa. Para él, no hay mejor forma de contribuir que inspirando desde la verdad, sin idealizaciones, pero con honestidad y pasión.


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