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Termina uno de los años más difíciles para el sector lechero colombiano en al menos los últimos veinte años, y muchos nos preguntamos que se viene para los próximos meses. Pues el verano parece estar entrando como es normal para el fin de año y primer trimestre del siguiente; lejos de las consideraciones que hizo IDEAM sobre un fenómeno de La Niña que por fortuna no llegó.
Lo que se esperaría es que con la llegada del verano también se registre menor oferta de pastos y forrajes ajustando a la baja la producción de leche. Sin embargo, la industria lechera llega con un alto volumen de inventarios al inicio de este 2025. Al menos 20 mil toneladas de leche en polvo y 25 millones de litros de leche líquida son su reserva para afrontar el primer verano, eso significa unos 21 días de provisión, si su acopio fuera cero en ese periodo.
Si a eso sumamos que el 1 de enero se activa la importación del cupo libre de arancel de leche en polvo proveniente de EEUU: 18.897 toneladas. Sin embargo, como existe una medida compensatoria impuesta por MinComercio a esta importación, consistente en un sobre arancel de 4,86% y vigente hasta mediados de enero, sencillamente la gran dinámica de importación de leche en polvo no iniciaría el 1 de enero sino alrededor del 17 de enero.
¿Qué quiere decir esto? que entre inventarios e importaciones las reservas de la industria lechera pueden llegar a unos 38 días, eso si su acopio fuera inexistente durante ese lapso; lo que al fin y al cabo significaría que el precio del litro de la leche pagado al productor no tenga importantes repuntes al alza. Ya lo vivimos en 2024, con un fenómeno de El Niño en donde el precio al ganadero lejos de subir continuó bajando.
Pero hay que tener en cuenta una nueva variable, que es el mejoramiento en la exportación de carne de los últimos meses. Sin duda, muchos productores, o al menos a los que su flujo de caja se los permite, y dada la mala coyuntura de precios en el sector lechero, de nuevo optan que la leche la tomen los terneros en lugar de venderla a la empresa lechera.
Tal situación definirá qué tanta leche estará disponible para la industria en los próximos meses. Solo sabremos la afectación en la medida que ocurra el fenómeno. Pero lo que sí es cierto es que para que los precios al productor repunten y la industria no siga imponiendo sus condiciones, es necesario ese ajuste a la baja en la producción, aprovechando su uso en la cría de los bovinos para que lleguen al mercado de la carne.
Si seguimos produciendo y produciendo sin ver las señales del mercado, tanto lechero como cárnico, seguiremos condenados a que otros eslabones nos impongan lo que ellos consideran, y eso impacta sin duda en el precio que se le paga al productor.