Sin duda, sí termina generándose mejor entorno económico el poder contar con recursos adicionales de financiamiento por 55 billones de pesos, como lo ha anunciado el presidente Petro, esto frente al escenario de inversiones forzosas que generaba incertidumbre y preocupación.
Muy importante que el poder ejecutivo haya logrado este acuerdo con la banca privada para sectores estratégicos en la reactivación de la economía nacional que incluye al agropecuario con seis billones de pesos adicionales completando 32 billones para los próximos 18 meses.
Sin embargo, aun hay que perfeccionar minucias frente a las colocaciones y operaciones de crédito, empezando por la tasa de interés. Hoy la tasa de política monetaria se encuentra en 10,75%, que, aunque ha disminuido desde 13,25% continúa siendo alta frente a una tasa de inflación anual de 6,8%.
Al respecto, importante que la oferta de recursos se haya incrementado en otros 55 billones de pesos, pero desde la demanda no habrá dinamismo por parte de empresas y familias si la tasa de interés no es atractiva, y eso ocurre hoy: la tasa es costosa. Cabe entonces la pregunta si la tasa de interés tendrá subsidio, y muy seguramente la respuesta es NO, pues la situación fiscal del país es apretada tanto así que se busca una nueva reforma tributaria.
Si no existe subsidio a la tasa entonces la buena dinámica de financiamiento dependerá de que baje la tasa de interés a cargo del Banco de la República y allí personalmente tengo preocupaciones. Lo primero, es que desde mayo de 2023 a la fecha la tasa, solo ha bajado 2,5%. Cuando iniciaron sus incrementos en octubre de 2021 la tasa de interés era de 1,75%, y perfectamente se encontraban créditos con tasa de interés de 7% y 8% E.A. mientras que hoy encontrar un crédito barato refleja una tasa de 13% o 14%, ni hablar de créditos de consumo y tarjetas de crédito.
Lo segundo, la inflación anual del país cerró a julio de 2024 en 6,86% pero la tasa de política monetaria permanece en 10,75%. Perfectamente esta tasa hoy podría rondar el 8% lo que dinamizaría el crédito al ser más barato.
Y lo tercero, las expectativas inflacionarias hacia adelante generan mayor certidumbre: no existen alteraciones climáticas extraordinarias y el aumento en el precio del ACPM sería gradual lo que impactaría menos de 0,4% en el IPC total anual. Los precios al consumidor vienen disminuyendo de manera generalizada (menos el de la leche).
¿Será que el Banco de la República teme que, al bajar la tasa de interés, de nuevo se aprecie el peso y la tasa de cambio suba, percibiendo el banco central que los precios de los importados contribuyan más a la inflación? Reitero que en gran parte de 2020 y 2021 la tasa de política monetaria estuvo por debajo del 2% y si la tasa de cambio mejora, sin duda, contribuiría a dinamizar las exportaciones: para nuestro caso sería muy favorable en las exportaciones de carne y animales en pie, e incluso leche en polvo en donde se encuentra muy prolija y eficiente la empresa Colanta.
Ahí les dejo para su reflexión
@ocubillos.