Sobre un fondo musical rebuscado, amenazante y falsamente marcial, el video anónimo (sin referencia alguna a sus conceptores y realizadores, salvo una voz en off que masculla, cada 20 segundos, algo así como “Oriocham”) capta la atención del espectador. Comienza con el despliegue de una serie de fotos que muestran algunas bellezas naturales de Colombia, junto con unas frases que elogian las inmensas posibilidades turísticas del país (playas, ríos, lugares como Cartagena, Ciudad Perdida, San Agustín, el eje cafetero, etc.). De pronto, el video cambia de tono y expone su verdadero objetivo. Una retahíla de palabras de odio (escritas sobre seductoras imágenes turísticas) irrumpe en el más rutinario e inconfundible lenguaje mamerto. Dice que para llegar a ser una “potencia mundial en turismo e industria” Colombia requiere (como si eso fuera ajeno al país) de “educación pública y de calidad, equidad y justicia social”. En seguida, acusa a “los mismos de siempre que siguen robando al país”, y lanza, finalmente, dos rotundas invitaciones a utilizar la violencia: “debemos acabar con esa especie enraizada” y “nunca habrá paz ni desarrollo”. El video encantador se transforma así en bramido rabioso. Todo eso, asegura el oculto guionista, pues en Colombia no hay democracia, hay “desigualdad y pobreza, corrupción y desgobierno”, “no hay inversión social”, y “las instituciones son corruptas”. Pues Colombia “no cuida a sus niños”. Las generalizaciones absurdas tienen una marca. La fraseología empleada es tan vehemente que toda duda desaparece. Es la propaganda con la que pretenden justificarse los que atacan de manera bestial la sociedad civil y el Estado colombiano desde hace más de 50 años, sembrando muerte, destrucción, angustia, mediante bombas, fusiles y minas antipersonas, secuestros, asesinatos, violaciones y extorsiones. Son los mismos que han desplazado miles de campesinos, incendiado y destruido oleoductos y torres eléctricas, pueblitos, iglesias, embalses, bosques y ríos. Los mismos que arruinaron enormes áreas de biodiversidad y de turismo. Ellos utilizan la técnica del video hipnotizador preparado por células sectarias para mostrarse como los nuevos líderes de la ecología, como los protectores de los niños, como los salvadores de Colombia, como los héroes de la “equidad” (el ejemplo de “justicia social” es Cuba y Venezuela), como los que jamás han traficado con nada, como los genios de la economía durable, de la decencia, de la honradez y de las manos limpias. Al final, el extraño video, con sus errores de ortografía y su retórica colectivista camuflada, desemboca en una foto del “paro nacional estudiantil” y en la incrustación de una frase misteriosa y coja destinada a sugerirle al espectador la solución mágica a tanta infamia. Dice: “Colombia entera lo aclama y lo merece”. ¿Colombia aclama a quién? ¿Qué es lo que Colombia merece? La respuesta es obvia, pues acabamos de ver la foto del pretendido “paro estudiantil”: Colombia aclama a Petro. ¿Colombia merece ser gobernada por ese mesías de opereta, por el terrorista del M-19 en los años 80, por el politiquero que explota como masa de maniobra política el candor de los jóvenes y recibe, al mismo tiempo, bolsas de dinero sucio de manera clandestina? ¿Si no es él, Colombia aclama a quién? ¿A Timochenko? ¿Al de los 50 mil votos en marzo pasado? ¿Al sucesor de Tirofijo y de Cano? ¿Al jefe terrorista que no ha querido decir la verdad sobre el atentado contra el Club El Nogal donde 36 inocentes perdieron la vida y cerca de 200 personas fueron heridas? ¿Al jefe del “partido Farc” que trata de montar negocios opacos de “turismo ecológico” en ríos del Caquetá y Guainía? La subversión está confeccionando videos para introducir desinformación y odio en los hogares de millones de ciudadanos que siempre repudiaron la retórica y la violencia de las Farc y de otras bandas narco-guerrilleras. Con falsos discursos pro turismo, anti-corrupción, feminista, animalista, ecologista y pro “educación igualitaria”, están llegando a esos sectores sin dificultad. ¿Están constituyendo también una base de datos explotable en tiempo electoral y en otras aventuras? Habría que alertar a la opinión sobre esos encantadores videos virales y sus astutos autores.
(1).- Este es el video: https://drive.google.com/file/d/1zJ4J9--qHcfVhQH4G6z-X7OzKvck7Vf3/view?usp=sharing Eduardo Mackenzie @eduardomackenz1 Periódico Debate, Bogotá http://www.periodicodebate.com/index.php/opinion/columnistas-nacionales/item/21544-curiosa-y-encantadora-propaganda/ 26 de diciembre de 2018