“¡Que viva Mussolini! ¡Que viva el socialismo!, esas fueron las últimas palabras de Nicola Bombacci (1879-1945) nada más ni nada menos que el fundador del partido comunista italiano, el cual fue fusilado junto al Duce el 28 de abril de 1945, al que acompañó en la empresa fascista hasta su muerte, sin haber renegado del marxismo, lo que también ocurrió con Benito Mussolini; en consecuencia el marxismo es el padre del fascismo y eso es irrebatible, así los seguidores del engendro comunista y sus idiotas útiles se inventen evasivas, porque la humanidad que ha sufrido los crímenes de la doctrina de Karl Marx en su aplicación práctica, debe de tener siempre presente que por principios la susodicha doctrina es antidemocrática, irracional y totalitaria.
Cuando históricamente se ha desenmascarado la catadura irracional del comunismo totalitario, algo que comenzó desde el mismo siglo XlX, en la Internacional de los trabajadores con los libertarios Bakunin y Proudhom, se ha notado el comportamiento de secta que tienen los seguidores del marxismo al no dar respuesta a los cuestionamientos que se le han hecho por su carácter liberticida y antidemocrático.
Sin embargo, para exculpar lo nefasto y perverso de esa ideología, no faltan quienes dicen que el problema es que ha sido mal interpretada, mal aplicada o que el culpable es el leninismo que no siguió genuinamente los legados de Marx, por lo que eso es una hipótesis absolutamente absurda, dado que la humanidad ha conocido en la práctica la ejecución de la teoría marxista, cuyo resultados son los millones de crímenes que han cometido y siguen cometiendo los regímenes comunistas o el terrorismo de las bandas armadas que abrazan esa doctrina en países como Colombia; ya que lo demás son puras entelequias de lo que supuestamente buscaba el señor Marx.
Los dogmas marxistas leninistas abrazados por las narcoguerrillas en nuestro país durante varias décadas, indudablemente que son irracionales, y al no haber renegado de semejantes bodrios como condición para firmar con el gobierno de Santos los acuerdos de La Habana con las Farc, siguen tercamente insistiendo en llevarlos a la práctica. Resaltando que en Sudáfrica para lograr un tratado de paz con la minoría blanca segregacionista a principios de década de los 90 del siglo pasado, esta tuvo que abjurar del apartheid, porque las similitudes pérfidas e inhumanas entre marxismo, fascismo, nazismo y apartheid son patéticas.
La bestialidad marxista se fundamenta en la irracionalidad y el delirio, pues desde que apareció el manifiesto comunista en 1848, se glorificó a la violencia, la cual según esa deformidad hay que practicar porque otros la han utilizada en el pasado, invitando a los seguidores de esa corriente cruel a asumir el salvajismo, en donde la razón desaparece. Toda esa perversión es para alcanzar el poder político y someter a los pueblos a la dictadura.
La llamada moral revolucionaria que practican grupos terroristas marxistas, no tiene nada que ver con la verdadera moral humanista, que enseña a no hacerle a los demás lo que no quieras para ti, o hacer el bien y evitar el mal, pues esa falsa moral del comunismo totalitario desprecia la vida, la ética y la razón, tomando las supersticiones de la revolución y el socialismo como sus patentes de corso para infringir dolor y sufrimiento a los demás, porque su aspiración máxima es la toma del poder y por eso el resto de seres humanos son simples objetos para lograr ese fin.
Algunos comunistas en Colombia, ante su desnudez teórica para dar el debate en defensa de sus dogmas fundamentados en la sin razón, acuden al argentino Ernesto Laclau(1935-2014) considerado un postmarxista para tener un nuevo disfraz tomando una supuesta democracia radical basada en el hegemonismo de la cúpula marxista, en donde la opresión en contra de las masas sigue siendo la premisa fundamental, pero mencionando un pluralismo agresivo, teniendo siempre como estrategia el socialismo o sea que eso continúa siendo el mismo veneno con diferente presentación.
El cristianismo católico al que algunos consideran como oscurantista, en la encíclica magistral Fides et Ratio (fe y razón) del 14 de septiembre de 1998 promulgada por el papa San Juan Pablo ll, expone con meridiana claridad cómo la fe debe ser sustentada en la razón y la lógica, mientras que la fauna marxista sigue insistiendo en la brutalidad y el salvajismo, eso sí cambiando únicamente de disfraces para continuar con la violencia y la mentira, por ello es indiscutible que la razón fundamentada en la realidad y la verdad prevalecen ante las acechanzas del comunismo totalitario. Resaltando además que la razón siempre va de la mano de la verdad siendo la fuerza de la civilidad.
En las elecciones presidenciales del 2022 se debe conformar una coalición republicana, para enfrentar la candidatura del gobierno de transición que proponen sectores de la llamada izquierda, y que sería algo similar al gobierno provisional de Aleksandr Kérenski en la Rusia de 1917, en donde los bolcheviques del sátrapa de Lenin asaltaron el poder a los pocos meses de la posesión del gobierno provisional, que derrocó al régimen zarista.
La lucha ideológica por antonomasia la tiene perdida el marxismo leninismo, ya que se fundamenta en la bestialidad, sin embargo la protervia comunista es proverbial, por ello hay que estar atentos a su accionar, porque el prolongado conflicto que ha vivido Colombia, en donde las Farc y el Eln lograron sobrevivir a la debacle comunista con caída del muro de Berlín y al derrumbe de la URSS, se debió a que los demócratas no arreciaron la batalla ideológica en aquellos años en contra del marxismo leninismo, y además el narcotráfico sirvió para fortalecer a esas bandas armadas, con el agregado de que el atraso en algunos sectores del país también ha servido de caldo de cultivo para las intenciones totalitarias del comunismo.
Queda bastante claro que la secta marxista no solo generó al fascismo, sino que también al ser antidemocrática, irracional y totalitaria es la principal amenaza con sus diferentes nombres de las libertades en Colombia.