Criar una vaca lechera, que produzca materia prima de calidad y aguante el tirón no es fácil. Que se lo pregunten a los 2.800 ganaderos del sector lácteo en Asturias. Cada mañana se levantan con la espada de Damocles sobre la cabeza. El reto es conseguir leche buena y abundante a los menores costes posibles. Para ello hay trucos.
El sector no está para tirar de largo. La leche en el campo se cotiza menos que nunca -apenas a 30 céntimos por litro-. Los ganaderos aseguran que producir un litro les cuesta más. Con este panorama proliferan estudios sobre costes y rentabilidad. Los expertos se han empeñado en ayudar al ganadero a bajar gastos. La forma más sencilla es incrementar las raciones de forraje y reducir las de piensos compuestos.
El caso es que las vacas no entienden de macroeconomía. En ellas manda la naturaleza. Y en la del vacuno manda su condición de rumiantes. En la etapa adulta, la vaca cuenta con cuatro estómagos. Cada uno de ellos tiene diferentes funciones en el proceso de digestión. Están preparados para ingerir forrajes y granos. La crisis de las «vacas locas», provocada por la ingestión de harinas de carne, lo dejó claro.
Investigadoras como Celina Quirós, directora del Centro Nacional de Competencia de la Leche, y Begoña de la Roza, del Serida, coinciden en destacar la riqueza de los pastos asturianos como una fuente de alimentación cercana y barata.
Las nuevas tendencias preconizan una vuelta a las praderas. Las expertas señalan que es necesario un cambio de hábitos en el ganadero. La leche gana en calidad si las reses pastan en libertad a diario.
Todo requiere un esfuerzo. Cada mañana deben salir de la cuadra y recogerse por la tarde. De ese modo, el empleo de piensos y cereales queda limitado a los complementos nutricionales necesarios para que la leche alcance el nivel idóneo de proteína.
Hasta los 3 meses los terneros se alimentan de leche materna. A partir de ese momento ya pueden consumir forrajes. Los granos y pastos comúnmente empleados para alimentar a las vacas en Asturias son el maíz, la alfalfa, la cebada, los ensilados de raigrás y la avena, entre otros.
El pasto natural también ofrece al ganado la posibilidad de hacer ejercicio, un factor que juega a favor de la calidad de la leche.
En la cuadra la vaca necesita disponer de una buena zona de alimentación y agua en abundancia. Para comer, el espacio ideal es de 61 centímetros por animal. El diseño del comedero debe ser una superficie lisa y estar entre 8 y 13 centímetros por encima del nivel de la vaca.
El agua es el nutriente más barato del que dispone la granja de leche. Los bebederos deben ser limpiados a diario. Tras el ordeño les encanta beber agua tibia.
Es una buena oportunidad para reciclar el agua procedente de las placas de refrigeración de la leche.
La gestación de la vaca dura alrededor de nueve meses; al término de este período comienza la producción de leche para el recién nacido. El período de producción de leche es variable. Una frisona estándar mantiene la producción de leche unos 305 días. Algunas llegan a producir hasta 12 mil litros en este período. Un ternero requiere tan sólo 1.000 para su desarrollo. Ganaderos como el naviego Marino Fernández están convencidos de que la raza frisona ha llegado al límite. A los ganaderos les cuesta mantener la vida útil de una vaca lechera más de cuatro años. El sobreesfuerzo pasa factura hasta en las reses de genética más selecta.
Buenos alimentos
Una dieta sana y equilibrada es la base de la leche de calidad, con los niveles justos de grasa y proteína. Los expertos abogan por suministrar forrajes, frescos y ensilados, cereales y dosis reducidas de piensos de alta calidad. El agua es otro de los componentes esenciales de la dieta vacuna.
Ejercicio diario
Como las personas, las vacas se sienten mejor si hacen ejercicio a diario. Los músculos se oxigenan y la calidad de la leche aumenta.
Un nombre y cariño
Las vacas con nombre producen más leche y son más felices. Lo dice un estudio realizado por la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido. Los animales a los que se les llama por un apelativo establecen una relación de confianza con el ganadero. El resultado es que producen más leche.
Un techo digno
El diseño del establo no es ninguna tontería. Cada vaca debe tener espacio suficiente para que pueda balancearse adecuadamente para levantarse. Lo dice Andrew Johnson, veterinario de la Universidad de Minnesota, experto en proyectos de granjas lecheras.
Un buen colchón
No hace falta llegar al material viscoelástico, pero tampoco reducir el colchón de la vaca a un amasijo de paja. Lo ideal es el empleo de encamado inorgánico como la arena. Un truco para ahorrar arena consiste en enterrar neumáticos como base.
Temperatura ideal
La ventilación es otro aspecto importante del confort. La mejor es la natural. Si no es posible, es necesario apoyar con ventilación mecánica. Las suaves temperaturas asturianas son idóneas para el ganado.
Trucos de belleza
La higiene de los animales es fundamental. El cuidado de las pezuñas no debe reservarse solo para concursos. Son la base que sustenta cientos de kilos. La vaca debe estar limpia, seca y cómoda las 24 horas del día.
Fuente: http://www.lne.es/mar-campo/2009/06/05/manual-cuidar-vaca-ideal/764146.html