Gracias a los múltiples benefi????cios de los frutos secos para la salud, la demanda internacional de nueces crece en forma acelerada.
A la par aumenta el interés por los productos de origen amazónico que son cosechados o cultivados en forma sostenible. Es el caso del cacay o inchi, que es un árbol nativo de las estribaciones orientales de los Andes en Colom- bia, Ecuador, Perú y Venezuela. (Lea: Por una ‘Ganadería Colombiana Sostenible’)
En nuestro país este árbol rústico, adaptable, de rápido crecimiento y fácil cicatrización, se encuentra en el piedemonte de la Cordillera Oriental desde Putumayo hasta Arauca, la Amazonía y el Magdalena Medio. Es un elemento ideal para los sistemas silvopastoriles del piedemonte llanero.
A este árbol también se le conoce como almendro, palo maní, taqui, árbol de nuez o cumaná. Es una especie focal del proyecto Ganadería Colombiana Sostenible. (Lea: Crean nuevo suplemento para ganadería sostenible)
Crece entre los 200 y 1.100 metros de altitud (preferiblemente por debajo de 800 m.s.n.m.) y en sitios con precipitaciones anua- les entre 2.000 y 5.000 mm, con 200 a 300 días lluviosos al año, temperaturas medias entre 22 y 28°C y humedad relativa en- tre 70 y 90%. Es un árbol muy longevo, que continúa en plena producción a los 80 ó 100 años.
Un verdadero “restaurante de la selva húmeda”
El fruto del cacay, casi esférico, verde y de unos 4 cm, contiene tres semillas oleaginosas, de sabor muy agradable, cuyo peso fresco equivale a la tercera parte del peso del fruto. La semilla o nuez es una almendra blanca de 2 a 3 cms de longitud, con un lado convexo y un alto valor nutricional, gracias a su contenido de proteínas (19%); minerales como fósforo, calcio y hierro; fibra y un aceite rico en ácidos grasos omega 3, 6 y 9.
Este aceite se usa en medicina, cosmética, en la preparación de alimentos y como aceite de mesa.
Tiene un alto contenido de ácidos grasos poliinsaturados (75%) como el linoleico (72,7%), oleico (14%), esteárico (4%), palmítico (8%) y linolénico (2,5 a 12,5%); vitaminas E y F y retinol. (Lea: Ganadería sostenible: una iniciativa forjada con recursos e innovación)
Luego de extraer el aceite, se obtiene una harina con la cual se prepara la leche de almendras, rica en aminoácidos esenciales y adecuada como suplemento alimenticio.
Por el hecho de ser una especie dioica, es conveniente que los arbolitos de cacay se desarrollen en el vivero hasta que sea posible diferenciar hembras y machos. (Lea: Sistemas silvopastoriles en Amazonas, una alternativa sostenible del uso de la tierra)
En algunas regiones se siembran los árboles pequeños a una distancia de 10 x 10 m y más adelante se corta la mayoría de los árboles masculinos.
Sin embargo, la experiencia de los agricultores ha demostrado que es suficiente un árbol masculino por cada nueve o diez árboles femeninos, es decir, que solo se requiere un 10% de población masculina para garantizar la polinización del cultivo.
De esta forma, sembrar árboles sexados reduce significati- vamente los costos de manejo.
Siembra
Debido al gran tamaño del árbol y a sus elevados requerimientos de luz, el cultivo de cacay se establece al cuadrado o en triángulo, a una distancia de 9x9m ó 10x10m, que equivale a densidades desde 143 hasta 100 árboles por hectárea.
Los huecos para el establecimiento deben ser de 60 x 60 x 60 cm. Es importante mezclar la tierra con materia orgánica para promover un buen desarrollo de las raíces. Durante la primera etapa del crecimiento, los árboles se pueden asociar con cultivos como maíz, arroz secano, piña o plátano.
Sistemas ganaderos en Cacay
Por varias razones, el cultivo de cacay es un complemento ideal para la producción ganadera en el piedemonte llanero a través de modelos silvopastoriles que asocian las dos actividades en el mismo terreno:
• El cacay va a ser un negocio de altos ingresos debido a la singularidad del producto, la importante demanda internacional y la mínima oferta, un panorama muy diferente al que enfrentan los productos ganaderos ante los tratados internacionales de libre comercio.
• Frente al cambio climático y la cría de animales cada vez más especia- lizados, el estrés calórico es una realidad en las ganaderías llaneras. El cacay da buena sombra porque ramifica por encima de los 5 metros de altura.
• Las fincas ganaderas necesitan cada vez más cercas vivas para delimitar los potreros y defenderlos contra los vientos y aguaceros torrenciales. El ca- cay sembrado en líneas a una distancia entre 10 y 15 metros entre árboles ofrece todos estos beneficios y además, produce frutos secos.
• La cosecha de nueces se realiza durante la época seca, cuando el flujo de caja de la ganadería tiende a bajar, y no coincide con la cosecha de otros cultivos.
• Las nueces se cosechan en el suelo, por lo cual no se requieren grandes inversiones en tecnología.
• La producción de crías, leche o engorde brinda un flujo de caja que permite cubrir los costos del cultivo mientras alcanza la plenitud productiva.
• Las plantas que más afectan al cacay son los pastos y en especial las braquiarias, difíciles y costosas de controlar. Nada mejor que el pastoreo a fondo para reducir sus efectos sobre los árboles frutales.
• La cascara del cacay sirve como suplemento alimenticio ya que contiene un 10% de proteína.