La “mirada tuerta” de la CIDH
Los colombianos vimos la realidad de los bloqueos que la CIDH no quiso ver; la brutalidad de encapuchados que, a machete limpio, impedían la movilización de personas, mercancías, alimentos y ambulancias en carreteras y vías urbanas…
Salvaguarda lechera a la vista
“No puede ser un proceso unilateral y ciego (…), solo tiene sentido si nos permite exportarles carne y leche”, planteó Fedegán en 2004, cuando iniciaron las negociaciones del TLC con Estados Unidos.
¡Ni una sola lágrima!
“Me sorprende que nosotros, de este lado del escenario, estemos todos llorando y que del otro lado no haya habido una sola lágrima”.
¡Nos están matando!...
… ¡Nos dispara el ejército y la policía!, gritan histéricos unos jóvenes de la “primera línea” en un video confuso, que terminó siendo una puesta en escena, descubierta por alguien que grabó “el ensayo”, con indicaciones de qué gritar y hasta sangre de utilería, al estilo de su patrocinador, el narcolibretista Bolívar.
A Julio Sánchez
Entendemos el papel del periodismo, en el marco del derecho a la libertad de expresión y opinión, como el ejercicio de la “prensa libre” y uno de los cimientos para la construcción permanente de democracia, que no es apenas un concepto, sino un organismo vivo del que hacemos parte y en el que creemos.
La democracia sustituida
La Constitución del 91 hizo lo suyo, pues la tutela, inmenso logro, pero mal reglamentado, dio pie al “cogobierno” de los jueces, que terminan decidiendo lo que debe y no debe, puede y no puede hacer el gobierno.
Guerra contra Colombia
¿Por qué unos encapuchados destruyeron el peaje entre Madrid y Facatativá, bloqueando el acceso a Bogotá? ¿Por qué los bloqueos en la Autopista a Medellín, también al occidente?, ¿y por el norte en Gachancipá y Tocancipá?, ¿y en Soacha y Sibaté por el sur? ¿y al oriente en La Calera y Guasca, y en la vía que conecta a Zipaquirá con Chía y la capital?
Inconsecuencia y mezquindad
Advertimos que pasaría …, y pasó. Los convocantes a las marchas no cedieron a los ruegos de epidemiólogos y autoridades de salud, ni a los de las iglesias y otros sectores; ni al sentido común, pues sabían que habría vandalismo criminal, como lo hubo y lo sigue habiendo mientras escribo; y sabían también que habrá contagios y habrá muertes, que empezaremos a llorar muy pronto.
Para dar y convidar
Ese era el decir de los abuelos cuando algo no solo era suficiente, sino que sobraba, como sucede con la carne bovina en el mercado nacional, aunque algunos sectores estén sembrando alarmas de presunta escasez y mayores precios por cuenta de las exportaciones, lo cual es totalmente falso.
¡Qué falta hace la autoridad!
Cuando escribo estas líneas, Bogotá, con ¡89,9! de ocupación de camas UCI, se acerca a la temida cifra a partir de la cual se dispara la alerta roja y se desata la angustia de cientos de pacientes tras una cama que solo estará disponible si alguien sana…