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Se viene una masacre agrícola y pecuaria por TLC con la UE

Por - 25 de Julio 2013


En CONtexto ganadero hablamos esta semana con Indalecio Dangond, presidente de  OpenLoans Asesores en Banca de Fomento, columnista en varios medios de comunicación del país y quien se ha destacado por decir de frente lo que piensa de las distintas problemáticas por las que atraviesa el país.

Para Dangond, al Gobierno le hace falta tener políticas de desarrollo agropecuario y sentarse a definir con gente que tenga el conocimiento, medidas que beneficien a quienes a diario trabajan en el sector rural del país.

CONtexto ganadero (CG): Usted se ha mostrado crítico con el Gobierno por la falta de políticas para el sector agropecuario de Colombia, ¿cuál debería ser el trabajo para su definición y posterior implementación?

Indalecio Dangond (ID): Debemos constituir “Una Mesa Agraria Nacional” que aboque un trabajo de evaluación y definición de las políticas sectoriales que requiere el agro en nuestro país  en el mediano plazo.

Se trata de definir por ejemplo, a través una planeación estratégica, el aprovechamiento de nuestros suelos.  Aquí existe el mito de que nuestras tierras son ideales para todo tipo de cultivos, sembramos en las montañas y criamos ganado en la planicie, aprovechando menos del 5% de las tierras de nuestra región. (Columna: Tareas pendientes)

Tenemos que aprovechar las potencialidades de nuestras regiones promoviendo productos que compitan con valor agregado y producir aquello que se adapte a las condiciones técnicas del suelo.

La implementación debería enfocarse en cinco estrategias claves para impulsar el sector:

1.     Subsidios directos a los productores

2.     Apoyos en infraestructura de riego

3.     Crédito agropecuario oportuno y no estandarizados

4.     Asistencia técnica a través de las escuelas agropecuarias

5.     Biotecnología.

(CG): De los errores que usted le endilga al Gobierno, ¿cuáles considera han sido los más críticos y que más han afectado al sector?

ID: Los desaciertos que ha tenido este Gobierno en la política agropecuaria han sido, haberse concentrado el 100% en la política de restitución de tierras y olvidado por esa razón la política de producción agropecuaria y competitividad del sector.

Otro error grave fue asignar personas sin el perfil adecuado para gerenciar con eficiencia las entidades adscritas y vinculadas al Ministerio de agricultura que son el motor que impulsa los instrumentos de ayuda al sector. (Lea: Gremios ven con incertidumbre el TLC con la Unión Europea)

Hoy tenemos un programa de Asistencia técnica que no llega al campesino, un ICR que se termina en mayo, por mala planificación de los recursos, un CIF que llega en diciembre en plena época de sequía y cuando no se pueden sembrar los árboles comerciales, no tenemos acceso a los recursos de incentivo de distritos de riego y el FAG terminó siendo un fiador que cobra una comisión muy alta, pero no responde al momento de un siniestro.

(CG):¿A qué se debe en su opinión el que los sectores productivos de Colombia estén acudiendo a las vías de hecho en las distintas regiones de Colombia?

ID: Por una sencilla razón. El Gobierno ha incumplido los acuerdos suscritos con los productores del campo en cuanto a las ayudas para proteger sus ingresos frente a la avalancha de importación de alimentos subsidiados de países con los cuales hemos suscritos los TLC, el incontrolable contrabando de alimento, la caída de los precios, la falta de control de los altos precios de los insumos y la falta de infraestructura rural.

(CG): El próximo 1 de agosto entra en vigencia el TLC con la UE, ¿está preparado el país para enfrentar los retos y riesgos que esto representa?

ID: Nunca hemos estado preparado  para enfrentar los retos de los TLC. En un año, los Estados Unidos nos tiene inundado el mercado interno de granos, carnes, lácteos y pollos subsidiados; ahora que lleguen los europeos  se nos viene una masacre agrícola y pecuaria, sin precedentes en la historia de Colombia.

Nuestro endeudado y debilitado Gobierno no reúne las condicione económicas ni políticas para competir con estas potencias mundiales. En el plano interno, por la insuficiencia de recursos públicos para mantener en el tiempo los escasos subsidios y en el plano externo, por no tener fortaleza política para impedir que estos países ricos, continúen subsidiando y protegiendo a sus agricultores y ganaderos. (Columna: Desconectados con el agro)

(CG):¿Qué hace falta para que en el país se tomen las medidas necesarias que permitan llegar a esos mercados con los que hay negociaciones vigentes?

ID: Voluntad política y funcionarios públicos que entiendan el tema. La política de comercio agropecuario y de desarrollo rural no puede seguir siendo orientada por unos bibliotecarios del agro que no han entendido el carácter heterogéneo de la agricultura colombiana.

(CG): El manejo que le ha dado Santos a los paros, al sector agropecuario, a la gremialidad, ¿podrían representarle perder una eventual reelección?

ID: El presidente Santos, perdió la confianza de los mas de 4 millones de productores de las zonas rurales del país que votaron por él, en las pasadas elecciones. Dice el refrán, que al perro lo capan una sola vez. ( Columna: Un Gobierno de mala leche)

(CG): El proceso de paz vive un momento delicado, ¿considera usted que es el momento de acabarlo y retomar lo que se venía haciendo?

ID: El proceso comenzó mal y seguramente no tendrá un final feliz. Los colombianos estamos cansados de tanta violencia. No entiendo como una persona puede hacer las pases con la otra, dándose trompadas en la cara.

(CG): Basado en lo que usted sostiene, ¿qué panorama vislumbra le espera a los productores y al país en general en el año de Gobierno que le queda a Santos?

ID: Aguantar este chaparrón, no queda otra salida. Nos toca ser creativos y sobrevivir a esta ineficiencia, indolencia y falta de gestión de estos burócratas del Gobierno. (Columna: Peligroso vacío de liderazgo)

En vez de paros, yo invitaría a los productores del campo demandar al Estado por los daños y perjuicios causados por la ineptitud de los responsables de la política de Desarrollo Rural. Y por otra parte, denunciarlos ante los organismos de control, por el mal manejo de los dineros públicos.