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"Nadie denuncia porque el que habla termina muerto": ganadero en Córdoba

Melanny Orozco 20 de Abril 2025
el infierno silenciado de los ganaderos en el Bajo SinúFoto: Imágen de referencia - facebook.com/juantravesiasEn la región, las extorsiones están a la orden del día. No se trata de casos aislados, sino de una dinámica estructurada.

En el Bajo Sinú, los productores enfrentan un alarmante problema: viven bajo una amenaza constante que pocos se atreven a mencionar en voz alta. La extorsión, el miedo y la corrupción institucional han hecho que denunciar sea un riesgo mortal.


Los ganaderos enfrentan una inseguridad persistente que se oculta tras el silencio colectivo, el miedo y la falta de respuesta del Estado. (Lea en CONtexto ganadero: "¿Dónde está el gobierno?": En Sucre productores piden auxilio y nadie responde)

“Ese tema de seguridad es relativamente bien, porque ocurren muchas cositas que la gente no denuncia. Se callan”, así comenzó el testimonio de Rodrigo Jiménez*, ganadero de la región.

En la región, las extorsiones están a la orden del día. No se trata de casos aislados, sino de una dinámica estructurada.

Según Jiménez, “al ganadero le piden una plática y, asustado, la entrega. Mejor eso que aparecer muerto”. El temor está tan arraigado que muchos ni siquiera comparten lo que les pasa con sus colegas o vecinos.


El enemigo dentro de casa


Lo más alarmante es que las denuncias no se frenan por falta de voluntad, sino por la percepción de que las autoridades están coludidas. El productor relató que “dicen que algunos policías son amigos de esos grupos. Que comen con ellos”. De acuerdo a Jiménez, los vínculos entre agentes del Estado y bandas armadas ilegales han corroído la credibilidad institucional.

El Clan del Golfo, afirmó, es el grupo con más presencia en la región. En sus palabras, “tienen mirada la zona, tienen rutas controladas y se meten por todas partes. Aplican lo que llaman ‘vacunas’. Es decir, cobros extorsivos sistemáticos a productores, transportadores y comerciantes”.


Denunciar no garantiza justicia


Los ganaderos que intentan buscar apoyo se topan con una realidad desalentadora. “Un productor de la zona fue a la Policía, lo mandaron al Gaula, de ahí a Montería… y nada. Nadie le resolvió, el hombre, desesperado. Por eso digo que aquí la Policía no hace nada”, expuso Jiménez.

Para el ganadero, el relato se repite con diferentes nombres, pero la misma conclusión, que cuando no hay confianza en la justicia, le ley del silencio se impone.


Sobrevivir sin molestar


Jiménez lo resumió con crudeza, “aquí cada quien camina con cuidadito, sin hacer mucho ruido. Porque si uno grita, nadie lo escucha. Nadie lo salva”.

Esta es la nueva normalidad en una zona donde antes solo se hablaba de producción y ganado, y hoy el tema dominante es el miedo.

La población rural, históricamente resiliente, ha sido empujada a una supervivencia silenciosa. La corrupción en las administraciones locales, el sistema judicial y las fuerzas del orden ha convertido la seguridad en un lujo inaccesible. “Esto está podrido de raíz”, concluyó el ganadero.

Si el estado no logra recuperar la confianza de los productores, pilares económicos de la región quedarán a merced de los violentos. El silencio, hoy un escudo de protección, podría convertirse en el sello de la derrota. (Lea en CONtexto ganadero: Violencia y microtráfico cercan la ganadería en el suroeste antioqueño)

*Nombre cambiado a petición de la fuente.


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