La actividad comercial y ganadera en zonas de Sucre y Córdoba se detuvo casi por completo tras un supuesto paro armado decretado por el Clan del Golfo. Aunque se descubrió que el panfleto donde anunciaban el bloqueo era falso, las consecuencias aún resuenan entre productores que conviven con el temor y la incertidumbre.
La rutina fue interrumpida por el temor. Municipios enteros cerraron sus puertas y las fincas silenciaron sus labores. Ganaderos y comerciantes enfrentaron un día marcado por la parálisis y el desconcierto, mientras la sombra del control armado se afianza sobre el campo. (Lea en CONtexto ganadero: Lafaurie denuncia escalada de violencia contra los ganaderos)
El pasado 6 de abril circuló un panfleto que anunciaba que las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) habían impuesto un paro indefinido en los departamentos de Sucre y Córdoba. Aunque anunciaban la medida como represalia por la muerte de uno de sus mandos, se trató de un comunicado falso desmentido por el mismo grupo delincuencial y su abogado.
El mensaje de las AGC rezaba: “no queremos ver a nadie circulando en las calles”. Y si bien se trataba de un documento falso, fue obedecido por los habitantes de estas regiones; no por convicción, sino por miedo. Se decretó el cierre total del comercio, se suspendieron clases y se cancelaron de actividades productivas.
Así se vio en el gremio ganadero
Alfredo de la Ossa, miembro de la Junta Directiva de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) por Sucre, fue testigo del desconcierto que se apoderó del gremio ganadero y de la ciudadanía.
“Nos desmintieron, nos dijeron que no era información confiable, pero igual la gente estuvo y está muy atemorizada”, afirmó.
Las dudas iniciales pronto se transformaron en certezas incómodas. Poblaciones como Sincé, San Pedro, Buenavista y Corozal vivieron horas de tensión.
“Estos grupos insurgentes han cogido muchísima fuerza y hay sitios en Sucre y municipios en los cuales, pues, ellos son la autoridad de los territorios”, agregó De la Ossa. (Lea en CONtexto ganadero: Ganaderos pidieron apoyo urgente a Mindefensa ante ola de violencia en el campo)
El dirigente gremial aseguró que por la tarde del domingo cerraron todos los comercios, y el lunes estuvo muy flojo. Algunos colegios no tuvieron clases, lo cual generó más incertidumbre en la comunidad de estos departamentos.
Pérdidas invisibles
El paro no solo paralizó a la población, también afectó de forma directa las dinámicas del campo. En un territorio donde la ganadería es una de las principales fuentes de sustento, la detención súbita de actividades representa un impacto económico difícil de cuantificar, pero profundo.
El paro armado puso en evidencia una realidad que el campo conoce desde hace tiempo, pero que pocas veces ocupa el debate público, la presencia consolidada de grupos armados en zonas rurales. Allí donde el Estado se desvanece, otros factores llenan el vacío con fuerza e intimidación.