La criminalidad en los municipios ganaderos del Cesar no da tregua, afectando directamente la productividad y la tranquilidad de sus habitantes. Las iniciativas de las autoridades buscan frenar el avance delictivo, pero los casos siguen creciendo.

La región ganadera del Cesar enfrenta una compleja situación de inseguridad que pone en jaque la sostenibilidad del sector.

Delitos como la extorsión y el abigeato, recurrentes en los principales municipios afectados, mantienen en vilo a los productores. (Lea en CONtexto ganadero: Robo de película: hurtan 28 bovinos de 650 kilos con alarmante precisión)

A pesar de los esfuerzos institucionales, la percepción de inseguridad sigue en aumento y las denuncias continúan siendo insuficientes, frente a la realidad de la situación.

En el departamento del Cesar se reportaron más de 2.700 incidentes delictivos en el 2024, según un informe de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán).

Los municipios más afectados son Curumaní, Chiriguaná, Astrea, El Paso y El Copey, donde la extorsión y el abigeato son delitos recurrentes que afectan tanto la economía local como la calidad de vida de los ganaderos.

Curumaní lideró la lista de 522 casos registrados, concentrándose en la vereda Guaimaral, donde se reportaron 41 incidentes que incluyen abigeato, hurto y extorsión. Por su parte, Chiriguaná acumuló 382 denuncias, con Pacho Prieto sobresaliendo por la alta incidencia de estos mismos crímenes, además de carneo.

Astrea sumó 223 infracciones, y en su vereda Bélgica se registraron 42 casos de extorsión. Por su parte, El Paso, con 191 registros, tuvo a la vereda Potrerillo como el epicentro de delitos como abigeato, hurto, extorsión y carneo.

Finalmente, El Copey cierra el escalafón con 180 casos, siendo la vereda Las Vegas la más golpeada, con 38 registros de extorsión.

Extorsión y abigeato, flagelos constantes

La extorsión es el delito más frecuente, con un total de 1.255 casos registrados en toda la región. Según el general Fernando Murillo, líder de los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz, las cifras oficiales no reflejan la magnitud del problema.

En sus palabras, “estamos trabajando en campañas de sensibilización y capacitación para que los ganaderos utilicen herramientas de denuncia como Adenunciar o las líneas de emergencia del Gaula Militar y la Policía. Sin información precisa, es difícil que las autoridades actúen con eficacia”.

El informe de Fedegán reveló que, aunque las instituciones oficiales reportaron 62 casos de abigeato en 2024, una encuesta realizada por la Federación evidencia que solo en la región ganadera #8, en el Cesar, se contabilizaron aproximadamente 968 casos. Esta disparidad en las cifras pone de manifiesto la subnotificación y la falta de confianza de la comunidad para denunciar los delitos.

Temor por denunciar

La creación de los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz busca ofrecer la colaboración entre los productores y las fuerzas de seguridad, pero la percepción de abandono aún persiste.

Según Carlos Torres*, ganadero de la región, los bloqueos y amenazas en Pailitas son recurrentes.

“El mes pasado estuvimos prácticamente 15 días en paro con la vía cerrada. Algunas personas intimidaron a los administradores de la finca La Sonora, cortando la luz y el wifi, mientras las autoridades no tomaron medidas efectivas”, relató. (Lea en CONtexto ganadero: La inseguridad rural crece y no distingue regiones: Jaime Camacho, Asogauca)

Esta situación genera un ambiente de incertidumbre que afecta la inversión y la productividad del sector ganadero, vital para la economía de la región. Los propietarios de fincas temen perder sus bienes o enfrentar represalias por denunciar, lo que perpetúa el círculo de violencia e impunidad.

*Nombre cambiado a petición de la fuente