Una finca en Montería transformó su operación en un caso de éxito global, obteniendo el reconocimiento de impacto positivo más exigente del mundo. Su enfoque innovador integra producción responsable, conservación ambiental, acción social y ecoturismo, abriendo el camino hacia una nueva visión del agro colombiano.
La empresa Della Rosa S. A. S. BIC, ubicada a tan solo cinco kilómetros de Montería, entró a hacer parte del ecosistema de Empresas B, un tipo de empresa que busca generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente, además de obtener ganancias económicas.
Las organizaciones que reciben esta certificación se caracterizan por su alto compromiso social, ambiental y económico, e integran un movimiento global para una economía inclusiva, equitativa y regenerativa.
La Hacienda El Rosario, operada por Della Rosa S. A. S. BIC y perteneciente a la familia Rodríguez Sánchez, tiene más de 100 años de historia y cinco generaciones dedicadas a la actividad ganadera. Sin embargo, su historia reciente es aún más inspiradora.
Bajo el liderazgo de los hermanos Elba y Paul Rodríguez Sánchez, la finca dio un giro estratégico que permitió modernizar sus procesos, ampliar su impacto y alcanzar estándares globales en sostenibilidad. (Lea en CONtexto ganadero: BPG o Bienestar Animal: ¿en qué difieren las dos certificaciones?)
“El proceso comenzó hace algunos años con certificaciones nacionales como las Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) y Colombian Beef Grass Fed. También estamos en proceso de obtener la certificación Ganso. Pero fue hace solo dos años que formalizamos la empresa y adoptamos un enfoque empresarial más estructurado”, explicó Paul Rodríguez Sánchez, miembro de Della Rosa.
Este nuevo enfoque implicó un reto mayor, que fue convertirse en Sociedad BIC (Beneficio e Interés Colectivo), una figura legal en Colombia que exige a las empresas generar un impacto positivo en tres áreas: económica, social y ambiental.
Certificación B, un compromiso
Una vez consolidada como Sociedad BIC, Della Rosa S. A. S. BIC se lanzó a un objetivo más retador, que fue obtener la certificación internacional B (B Corp), una de las más exigentes a nivel global. Según cifras de la propia organización, menos de 130 empresas en Colombia han alcanzado esta distinción, y en el sector agropecuario, la única referencia cercana era Alquería.
De acuerdo con Rodríguez Sánchez, “más que un sello, esta certificación es un compromiso real. Es nuestra forma de demostrarle al país y al mundo que se puede producir de manera responsable, cuidando a las personas, el entorno y garantizando transparencia en cada eslabón de la cadena”.
Cuidar el entorno y la comunidad
El modelo de negocio de Della Rosa va más allá de la producción ganadera. En ganadería El Rosario también opera La Quinta Ecotours, una propuesta pionera de ecoturismo en Córdoba. Entre sus ofertas destacan las experiencias de turismo sostenible, el turismo científico y el avistamiento de aves, con 226 especies identificadas en la zona.
El compromiso de conservación de la empresa es palpable, con más de 50.000 árboles sembrados, zonas protegidas, corredores ecológicos para la fauna silvestre y una exhaustiva caracterización de flora y fauna en toda la finca. Todo esto convierte el paisaje productivo en un espacio biodiverso y resiliente.
Lo que realmente distingue el enfoque de la empresa es su componente social.
“Hemos asistido a la comunidad con profesionales de las áreas de psicología, trabajo social, enfermería, entre otras, y promovemos actividades como el Día del Niño, la Mujer, el Hombre, entre otras fechas especiales. Capacitamos a la comunidad en emprendimientos, especialmente aquellos liderados por mujeres cabeza de hogar y los enfocados en mejorar las prácticas en ganaderías vecinas”, detalló Rodríguez Sánchez.
Las comunidades son parte fundamental de este creciendo de la empresa Della Rosa. Foto: Cortesía
Fedegán de la mano
Leonardo Fabio De Las Salas, coordinador regional de Fedegán – FNG en Córdoba, aseguró que “empresas como El Rosario vienen avanzando en materia de sostenibilidad, responsabilidad social y apoyo a la comunidad; siendo un tema que venimos impulsando desde Fedegán en la región. Al día de hoy son varias las ganaderías que están trabajando en estos aspectos”.
El profesional anexó que hoy en Córdoba cuentan con 11 empresas ganaderas certificadas bajo la norma NTC-6550:2021, que es el Sello Ambiental Colombiano.
“Desde Fedegán seguimos trabajando en esos aspectos, y estamos capacitando a los ganaderos en sostenibilidad y medio ambiente”, expuso De Las Salas. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Por qué la sostenibilidad y la educación serían los cimientos del futuro ganadero colombiano?)
Más allá de la rentabilidad
Aunque Della Rosa sigue centrada en la rentabilidad, como cualquier empresa agropecuaria, su visión trasciende el simple balance financiero. Consciente del cambio climático, la transformación del consumo y la presión social sobre la industria ganadera, el equipo de la familia Rodríguez Sánchez ve en la sostenibilidad una estrategia de futuro.
La certificación B no solo representa un reconocimiento, sino también una herramienta de posicionamiento y diferenciación. “A nivel nacional e internacional, esta certificación genera confianza. Abre puertas, crea redes y nos conecta con empresas que ya están muy posicionadas en sus sectores”, explicó Paul.
El futuro de Della Rosa
Los planes a futuro son ambiciosos. La empresa se prepara para medir y reducir su huella de carbono, hídrica y energética, implementar tecnologías limpias en su sistema productivo y seguir mejorando la calidad de vida de sus colaboradores y sus familias. También proyecta el desarrollo de líneas propias de productos agrícolas sostenibles.
Cada decisión que toman está guiada por un principio claro: “No se trata solo de producir más, sino de producir mejor, cuidando el entorno, generando empleo digno y dejando una huella positiva donde operamos”, concluyó Rodríguez Sánchez.
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