Más de 5,3 millones de bovinos y bufalinos alcanza el II Ciclo de Vacunación contra aftosa, en su segunda semana
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Por CONtexto ganadero - 22 de Mayo 2023
¿Sabe usted de dónde surgió la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), más conocida como la «enfermedad de las vacas locas»? ¿Sabe qué países ha afectado y por qué es tan temida su aparición que obliga al cierre inmediato del intercambio comercial de la carne bovina? Aquí le contamos la cronología de esta enfermedad y los casos que se han presentado en distintos países.
Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) es una enfermedad progresiva y fatal del sistema nervioso del ganado bovino, causada por la acumulación de una proteína anormal denominada “prion” en el tejido nervioso.
Se pueden distinguir dos formas o cepas: la forma clásica de EEB se produce en el ganado tras la ingestión del prion en piensos contaminados; y la forma atípica de EEB que se cree que aparece de forma espontánea en todas las poblaciones bovinas.
La EEB se considera una enfermedad zoonótica debido a un presunto vínculo con la emergencia de una nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (v-ECJ) en el humano, una forma de daño cerebral que lleva a una disminución rápida en el movimiento y pérdida de la función mental. La OMSA ha establecido el reconocimiento oficial del estatus de riesgo sanitario para la forma clásica de EEB.
La EEB es una enfermedad del sistema nervioso del ganado bovino, con un periodo de incubación que puede durar años. En el ganado se caracteriza por síntomas como la pérdida de coordinación, comportamiento nervioso o agresivo, hipersensibilidad, temblores, postura, pérdida de peso, disminución de la producción lechera, demencia y muerte, por lo que se le conoce como «enfermedad de la vaca loca». Actualmente no existe ningún tratamiento ni vacuna.
Por su condición de transmisibilidad y las alteraciones microscópicas ha sido incluida en el grupo de enfermedades denominadas encefalopatías espongiformes transmisibles (EETs), enfermedades que afectan tanto a los animales como al hombre, que causan degeneración del sistema nervioso central (SNC), produciendo cambios espongiformes en estos tejidos.
La OMSA precisa que la transmisión del prion de la EEB al humano, que evoluciona en la v-ECJ, junto con la incapacidad de predecir la epidemia de v-ECJ, generó la crisis de salud pública durante los años 90. Hasta la fecha, el número de casos clínicos identificados de la v-ECJ es extremadamente bajo.
Existen indicios convincentes de que la v-ECJ se puede adquirir a través del consumo de productos cárnicos contaminados, o del contacto con dispositivos médicos contaminados con priones de la EEB. El prion es resistente al calor, lo que significa que puede no ser destruido durante el procesamiento de los despojos. Sin embargo, se considera seguro el consumo de carne roja (es decir, de músculo esquelético sin hueso), la leche y los productos derivados de la leche.
Fue detectada por primera vez en 1986 en el Reino Unido, pero se calcula que, probablemente, estuvo presente en la población de ganado bovino del país desde los años setenta o incluso antes. Más tarde, la enfermedad se notificó en 25 países, principalmente de Europa, Asia, Oriente Medio y Norteamérica.
De acuerdo con el artículo «Encefalopatía espongiforme bovina. Epizootia del siglo XXI», la enfermedad se transmitió a través de piensos fabricados a partir de harina de carne y huesos procedentes de ovejas infectadas con scrapie, una enfermedad del ganado ovino. Además de la alta prevalencia de scrapie en el Reino Unido en aquellos años, el proceso de fabricación de estas harinas fue alterado por la crisis del petróleo, con una modificación de la temperatura que fue insuficiente la destrucción del agente transmisor o prion.
El Reino Unido se vio afectado por un brote de EEB y su variante humana equivalente, la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vCJD), en las décadas de 1980 y 1990. Más de cuatro millones de cabezas de ganado fueron sacrificadas en un esfuerzo por contener el brote, y 178 personas murieron después de contraer vCJD al comer carne de res infectada.
El primer caso confirmado en el que un animal enfermó con la enfermedad ocurrió en 1986 en el Reino Unido, y las pruebas de laboratorio al año siguiente indicaron la presencia de EEB; en noviembre de 1987, el Ministerio de Agricultura británico aceptó que tenía una nueva enfermedad entre manos. El Centro para la Seguridad Alimentaria describió la cronología así:
En 1988, 421 bovinos fueron diagnosticados con EEB en Gran Bretaña. Al año siguiente, el gobierno de este país prohibió el consumo humano de ciertas vísceras, incluidos el cerebro y la médula espinal. Por su parte, EE. UU. restringió la importación de ganado vacuno, ovino, búfalo y caprino vivo de países donde se sabe que existe BSE en el ganado autóctono.
A principios de la década de 1990, el gobierno británico insiste en que la enfermedad no representa una amenaza para los humanos. Los gatos domésticos comienzan a morir por los subproductos de la carne de res en la comida para mascotas y 5 tipos de antílopes mueren en zoológicos británicos porque habían sido alimentados con alimento comercial para ganado. A pesar de todo esto, el gobierno británico continúa insistiendo firmemente en que la carne de res británica es perfectamente segura y que la EEB no representa una amenaza para los humanos.
En 1993, ya hay 120 000 bovinos diagnosticados. A mediados de la década, Reino Unido decretó que no se puede alimentar a los animales con harina de carne y huesos o usar este material como fertilizante agrícola, y comienza a rastrear animales individuales y a evaluar cualquier vaca de más de 30 meses que esté destinada al consumo humano.
En mayo de 1995, Stephen Churchill, de 19 años, se conviertió en la primera víctima de una nueva versión de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vECJ), la primera de 3 muertes por vECJ ese año. En marzo de 1996, el secretario de Salud británico anunció a la Cámara de los Comunes que la enfermedad de las vacas locas es «la explicación más probable en la actualidad» para «10 casos de ECJ en personas menores de 42 años». Es la primera vez que el gobierno británico admite que la EEB podría transmitirse a los humanos en una forma variante de la ECJ. Después de este punto, se destruyen 4,5 millones de cabezas de ganado.
Ese mismo año, Japón negó las importaciones de alimentos para animales a base de carne y huesos de Reino Unido, mientras que la UE hizo lo mismo con carne y despojos procedentes de este país. En agosto, el Ministerio de Agricultura de Gran Bretaña confirmó que la enfermedad de las vacas locas puede transmitirse de vaca a ternero.
A esto se suma que un forense británico dictaminó que Peter Hall, un vegetariano de 20 años que murió de vECJ, la contrajo por comer hamburguesas de carne cuando era niño. El veredicto es el primero en vincular legalmente una muerte humana con la EEB. Se cree que 3 ganaderos británicos se suicidaron cada semana en esta época por cuenta del brote.
En julio de 1997 se han confirmado 21 víctimas vECJ en Reino Unido, y en agosto la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) prohibió la proteína hecha de vacas, ovejas, ciervos y otros rumiantes en el alimento para otros rumiantes. Dos años más tarde, en agosto de 1999 se levantó la prohibición de comercio de carne vacuna británica luego de 3 años y medio.
Sin embargo, en junio del año siguiente, Reino Unido anunció que una vaca nacida después de que se introdujeran medidas para erradicar la EEB contrajo la enfermedad. En septiembre de 2001, se produjo el primer brote de EEB en Japón. El animal afectado había sido importado de Estados Unidos, y desde entonces se han registrado varios casos en el país.
En abril de 2002 apareció el primer caso confirmado de vECJ en EE. UU., en una mujer británica de 22 años que vive en Florida. En agosto un hombre canadiense murió de esta enfermedad tras aparentemente haberla contraído en Reino Undio.
En mayo de 2003 un toro en Canadá da positivo por EEB, el primer caso confirmado de un vacuno nacido en Norteamérica. El 23 de diciembre de ese año, una vaca en el estado de Washington (EE. UU.) da positivo por EEB. En consecuencia, el 30 de diciembre el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA, por sus siglas en inglés) reglamentó que se no podían preparar alimentos para humanos con restos de ganado caído (enfermo o lesionado), así como materiales y tejidos de riesgo especificado, como el cerebro y la médula espinal, del ganado de más de 30 meses y mecánicamente carne separada.
El 26 de enero de 2004 la FDA restringió alimentar al ganado con sangre de vaca, desechos de pollo y sobras de restaurantes. Al otro lado del Atlántico, 143 personas en Gran Bretaña han sido infectadas con vECJ y 180 000 bovinos han sido diagnosticados con EEB.
Desde entonces se han reportado casos de EEB en ganado en Texas en 2005, Alabama en 2006 y California en 2012. En ese año, el gobierno japonés prohibió las importaciones de carne de res cruda de Brasil, basándose en informes de que una vaca que murió en 2010 en el sur de Brasil tendría proteínas que indicaban enfermedad.
Ha sido detectada en otros países como Francia, España, Portugal, Bélgica, Alemania, Corea del Sur, Australia y Brasil. De acuerdo con la OMSA, en la actualidad, como resultado de la implementación exitosa de medidas de control eficaces, la prevalencia de la EEB clásica es extremadamente baja, al igual que su impacto sanitario mundial y el riesgo para la salud pública.
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