Reconozca los signos clínicos de la anaplasmosis bovina

Victor Alberto Villarreal, zootecnista especialista en salud animal explicó a CONtexto ganadero que los signos clínicos más evidentes de la anaplasmosis incluyen anemia e ictericia, esta última en una fase avanzada de la enfermedad. A diferencia de la babesiosis, que también es endémica en algunas regiones y puede presentar síntomas similares, en la anaplasmosis no se observa la presencia de hemoglobinemia (hemoglobina en la sangre) ni hemoglobinuria (hemoglobina en la orina), lo que puede ayudar a diferenciar ambas enfermedades.

Además de la anemia y la ictericia, “los bovinos afectados pueden experimentar una rápida pérdida de producción de leche y de peso” dice el especialista. Sin embargo, la confirmación definitiva de la enfermedad solo puede realizarse mediante la identificación del organismo causante. Una vez que los bovinos se infectan, pueden convertirse en portadores de por vida. La identificación de estos animales portadores se basa en la detección de anticuerpos específicos mediante pruebas serológicas o de ADN de las rickettsias mediante técnicas de amplificación molecular.

Tomar medidas sanitarias

La prevención de la anaplasmosis bovina se basa en medidas de control de garrapatas y buenas prácticas de manejo. Es importante implementar estrategias de control de garrapatas, como el uso de acaricidas, la limpieza y desinfección adecuada de las instalaciones ganaderas, el pastoreo rotativo y la eliminación de hábitats favorables para las garrapatas. Además, se recomienda el control de insectos y el uso de agujas estériles en los procedimientos veterinarios para evitar la transmisión mecánica de la enfermedad.

Es importante destacar que hasta la fecha no se ha notificado ninguna infección por Anaplasma marginale en seres humanos. Sin embargo, dado que algunas especies de Anaplasma pueden afectar a otros animales y a los seres humanos, es esencial tomar precauciones al manipular ganado infectado o al estar en contacto con garrapatas vectoras.

“El uso de medidas preventivas, como la protección adecuada contra garrapatas y la implementación de buenas prácticas de manejo, puede ayudar a reducir el riesgo de transmisión de enfermedades a los humanos y proteger la salud tanto del ganado como de las personas involucradas en la industria ganadera” dice Villarreal.

La enfermedad puede causar pérdidas económicas debido a la disminución de la producción de leche y carne, así como a la mortalidad en casos graves. Por lo tanto, es fundamental implementar medidas de prevención y control para minimizar la propagación de la enfermedad en los rebaños.

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Como se propaga la anaplasmosis

La principal vía de transmisión de la anaplasmosis bovina es a través de garrapatas vectoras, especialmente del género Rhipicephalus. Estas garrapatas se alimentan de la sangre del ganado y, si están infectadas con A. marginale, pueden transmitir la bacteria al animal. La enfermedad también puede transmitirse de manera mecánica por la picadura de insectos que hayan estado en contacto con animales infectados o por agujas contaminadas utilizadas en procedimientos veterinarios.

De acuerdo con el zootecnista, una vez que un animal se infecta, el organismo invasor se multiplica en los glóbulos rojos y causa la destrucción de estas células sanguíneas. Esto conduce a la anemia y, en etapas avanzadas de la enfermedad, a la ictericia, que se caracteriza por la coloración amarillenta de las mucosas y los tejidos debido al aumento de la bilirrubina en la sangre. La anemia resultante puede debilitar al ganado y afectar su rendimiento general, incluyendo la producción de leche y el aumento de peso.

Detección temprana, clave para su tratamiento

La detección temprana y precisa de la anaplasmosis bovina es fundamental para su manejo y control. Se realizan pruebas serológicas para detectar anticuerpos específicos contra A. marginale en la sangre del ganado. Estas pruebas son útiles para identificar animales infectados y tomar medidas para evitar la propagación de la enfermedad.