¿Qué tan bueno es el ensilaje de quinoa para sistemas ganaderos?

El uso de forrajes de alto valor nutritivo como las gramíneas y leguminosas se presenta como una estrategia clave para suplir los requerimientos alimenticios de los rumiantes y reducir costos en la producción animal. (Lea en CONtexto ganadero: Quinua: cultivo con gran potencial de crecimiento en Colombia)

Es así como el ensilaje de quinoa (chenopodium quinoa willd) ha despertado interés debido a su potencial para ofrecer un alimento balanceado, especialmente cuando se combina con tecnología como los microorganismos eficientes (EM), como se explica en la revista Medicina Veterinaria y Zootecnia.

El cultivo de quinoa, tradicionalmente reconocida por su aporte nutricional en la alimentación humana, también puede ser utilizado como forraje para rumiantes, aprovechando sus hojas y tallos.

Para evaluar su potencial, los expertos Néstor Julián Pulido Suárez, María Isabel Escobar y Carlos Eduardo Rodríguez Molano, llevaron a cabo ensayos con la variedad amarilla de maranganí, analizando diferentes edades de corte (60, 90 y 120 días) y periodos de fermentación del ensilaje (7, 14, 21 y 30 días). Los tratamientos incluyeron un grupo de control sin EM (T1) y tres grupos con EM aplicados en distintas dosis.

El análisis incluyó variables como contenido de materia seca, fibra detergente neutra (FDN), fibra detergente ácida (FDA), cenizas y proteína cruda.

Los resultados mostraron que la quinoa tiene un potencial considerable como ensilaje, con características que varían según la edad de corte y el periodo de fermentación:

• Humedad: En el estudio se encontró un rango de 81.3% a 87.7% en el T1, mientras que los tratamientos con EM mostraron un rango de 57.3% a 90.3%. Este manejo de la humedad es fundamental para garantizar la calidad del ensilaje, evitando problemas como la proliferación de microorganismos indeseados.
• Contenido de cenizas: Los valores más altos se alcanzaron en el ensilaje fermentado por 21 días, con un 20.3% en el T3 para la quinoa cortada a los 90 días. Este indicador sugiere un alto contenido de minerales, que es fundamental para nutrición de los rumiantes.
• Proteína cruda: Aunque se observó una ligera disminución en los valores de proteína en el ensilaje respecto al follaje fresco, los niveles permanecieron dentro de un rango adecuado para la alimentación animal, variando entre 11.3% y 17.3%. El contenido más alto se obtuvo en el ensilaje de quina a los 90 días de rebrote, indicando que este es el punto óptimo de la cosecha.

En el estudio se concluye que el ensilaje de quinoa para los rumiantes ofrece un balance adecuado de proteína, minerales y fibra, elementos que son esenciales para el crecimiento y la producción de los animales.

Este cultivo permite aprovechar tanto el grano para el consumo humano como el follaje para la alimentación animal, optimizando los recursos de las fincas que lo producen.

Finalmente, al integrar el cultivo de quinoa como fuente de forraje, los productores pueden disminuir la dependencia de alimentos comerciales, reduciendo los costos operativos sin comprometer la calidad de la dieta de los animales. (Lea en CONtexto ganadero: Se abre el mercado mexicano para la quinua colombiana)