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Presellado en el ordeño, un paso que cuida las vacas, la leche y la salud de los consumidores

Melanny Orozco 28 de Abril 2025
El paso más olvidado del ordeñoFoto: Fedegán FNGEl presellado se consolida como una de las estrategias más efectivas para proteger tanto al animal como al consumidor.

La desinfección de pezones antes de ordeñar la vaca, conocida como presellado, resurge como técnica esencial en la producción de leche de alta calidad. Ignorar este procedimiento expone al ganadero a pérdidas económicas, sanciones y graves riesgos sanitarios para sus animales.


Mientras las exigencias del mercado se vuelven más rigurosas, una práctica poco valorada resurge como eslabón clave entre la salud animal, la productividad y la calidad de la leche: el presellado o predipping. Ignorar este paso puede derivar en pérdidas económicas, infecciones mamarias y rechazo del producto en mercados exigentes.

Esta sencilla práctica, que consiste en desinfectar los pezones de las vacas antes del ordeño puede marcar la diferencia entre éxito sanitario para obtener leche de excelente calidad y mastitis que deriva en el rechazo del producto.

Según César Jiménez, médico veterinario especialista en sanidad animal, el ordeño ha evolucionado no solo en cantidad de vacas ni en la genética productiva, sino también en el diseño de las rutinas sanitarias. (Lea en CONtexto ganadero: Conozca la biblia de la buena calidad de la leche)

“Hoy ordeñamos vacas con ubres más desarrolladas, más productoras. Esto exige un manejo mucho más cuidadoso. Si no se prepara bien la ubre, se afecta la salud del animal y se deteriora la calidad de la leche”, advirtió el profesional.

El presellado consiste en sumergir cada pezón en una solución desinfectante suave antes del ordeño. Este paso elimina las bacterias presentes en la piel del pezón y estimula la bajada de leche. A pesar que suena simple, su impacto es profundo.

De acuerdo con Jiménez, “el predipping reduce la carga bacteriana, evita infecciones mamarias y, al tener pezones limpios, se evita la contaminación cruzada entre animales, ya sea ordeñando a mano o con máquina”.

El experto aseguró que se utilizan productos especialmente diseñados con emolientes y desinfectantes que actúan en segundos y no irritan la piel, una característica vital si se considera que el procedimiento se repite entre dos y tres veces al día.


Inversión en salud y rentabilidad


Para Marino Gambina, especialista en sistemas de ordeño y calidad de leche, el predipping no es solo una buena práctica, sino una inversión inteligente.

“Esta rutina previene mastitis, mejora el bienestar del animal y permite al ganadero cumplir con estándares de calidad que hoy exige el mercado”, señaló.

Gambina recalcó que el presellado se ha convertido en un factor diferenciador para los productores que aspiran a certificar su leche con sellos de calidad y bienestar animal.

“Lo que muchos no ven es que omitir este paso implica pérdidas por leche contaminada, sanciones o rechazo de compradores”, añadió el especialista.

El procedimiento completo de ordeño incluye tres pasos clave: el presellado, el despunte (expulsar los primeros chorros de leche para detectar irregularidades) y el postsellado o postdipping, para desinfectar nuevamente los pezones una vez terminado el ordeño, sellando la punta para evitar el ingreso de bacterias.

De acuerdo con Jiménez, la rutina de ordeño es un protocolo que debe cumplirse al pie de la letra. Cortesía: pexels-cristian-rojas


Hacia la seguridad alimentaria


Más allá de la salud animal, está la salud pública. Jiménez expuso que “cuando una vaca tiene una ubre sana, produce leche sana. Y esa leche es lo que termina en el vaso del consumidor”.

Con predipping, no solo se protege al animal, sino también a quienes consumen su producto, se fortalece la reputación del ganado y se asegura la trazabilidad e inocuidad de la leche.


Punto de partida


Aunque parece una medida sencilla, su impacto es enorme. Como explicó Jiménez, un pezón mal desinfectado puede desencadenar pérdidas económicas, vacas enfermas y leche de baja calidad. En cambio, el uso correcto del presellado inicia una cadena de valor desde el productor hasta el consumidor, construyendo confianza en cada eslabón.

“La rutina de ordeño es un protocolo que debe cumplirse al pie de la letra. Si no se hace un predipping, se arriesga no solo la ubre, sino toda la productividad de la vaca. La leche es el reflejo de la sanidad del animal”, afirmó el profesional. (Lea en CONtexto ganadero: Sellado de pezones, sinónimo de rentabilidad y bienestar animal)

Y concluyó: “Lo que muchos no dimensionan es que, al hacer bien este proceso, están asegurando un producto más limpio, más sano y competitivo en mercados exigentes. Es una práctica que protege a todos, al animal, al productor y al cliente final”.


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