Maximizar el rendimiento productivo es esencial para asegurar la sostenibilidad económica de las explotaciones. Julio César Donato Molina, un experto en nutrición de rumiantes y diseño de sistemas intensivos de producción de ganado, ha generado un debate en su cuenta de Instagram con una afirmación contundente: "sacrificar los ganados siempre solo a pasto no es una gran ventaja".

Esta declaración subraya una de las tendencias más recientes en la industria ganadera: el aprovechamiento de subproductos de la agroindustria para mejorar la eficiencia en la producción de carne y otros derivados. A continuación, exploraremos por qué integrar estos subproductos en las dietas del ganado puede ser una estrategia beneficiosa y cómo implementar sistemas sencillos que favorezcan la adopción de dietas balanceadas.

La limitación del pastoreo exclusivo

El pastoreo ha sido, tradicionalmente, la base de la alimentación del ganado, especialmente en sistemas extensivos. Si bien el pasto proporciona una fuente natural y económica de nutrientes, su capacidad para cubrir todas las necesidades nutricionales de los animales de manera eficiente es limitada. Factores como la calidad del forraje, la estacionalidad de los pastos y el terreno disponible pueden afectar negativamente el crecimiento del ganado y, por ende, su rendimiento en canal (la proporción de carne utilizable tras el sacrificio).

Según Donato Molina, el sacrificio del ganado alimentado únicamente a pasto no ofrece una ventaja significativa en términos de calidad o rendimiento de la carne. Esto se debe a que el ganado requiere un balance óptimo de nutrientes que el pasto, por sí solo, no siempre puede garantizar. Para lograr una mayor eficiencia productiva y un mejor porcentaje de carne premium, se debe recurrir a la diversificación de las fuentes alimentarias.

Aprovechamiento de subproductos agroindustriales: una alternativa efectiva

El uso de subproductos de la agroindustria ha demostrado ser una solución viable para fortalecer la producción ganadera. Estos subproductos, como residuos de cosechas, pulpas de frutas, harinas de desecho y residuos de la industria alimentaria, ofrecen una fuente de nutrientes adicional y también ayudan a reducir costos de producción. Entre las principales ventajas de incorporar estos subproductos en la dieta del ganado destacan:

• Mejoras en las ganancias de peso: Los subproductos, cuando se balancean adecuadamente, proporcionan una dieta rica en proteínas, carbohidratos y fibras que favorecen el crecimiento del ganado.
• Incremento en el rendimiento en canal: El ganado alimentado con dietas balanceadas que incluyen subproductos agroindustriales tiende a desarrollar una mejor conformación muscular, lo que se traduce en una mayor proporción de carne utilizable tras el sacrificio.
• Aumento en la proporción de carne premium: Las dietas más ricas y variadas no solo mejoran el crecimiento del ganado, sino que también impactan positivamente en la calidad de la carne, obteniendo un producto final más valioso en el mercado.

Elementos clave para un sistema intensivo eficiente

Implementar un sistema intensivo de alimentación basado en dietas balanceadas no necesariamente implica un proceso complejo. De hecho, Donato Molina señala que con la utilización adecuada de subproductos agroindustriales y una infraestructura sencilla, se pueden obtener excelentes resultados. Algunos elementos esenciales para optimizar el sistema son:

• Buen comedero: Un comedero bien diseñado permite una distribución eficiente y equitativa de los alimentos, asegurando que todos los animales tengan acceso a la ración diaria.
• Bebederos adecuados: La hidratación es fundamental para el bienestar y la productividad del ganado. Es crucial disponer de bebederos que permitan un acceso constante al agua limpia y en cantidades suficientes.
• Espacios amplios y estabilidad en los pisos: La comodidad del ganado durante la alimentación es clave para reducir el estrés y evitar lesiones. Un suelo estable y un espacio adecuado permiten que los animales se alimenten de forma tranquila y eficiente.

Sin embargo, uno de los aspectos más críticos que menciona Donato Molina es la necesidad de balancear las dietas de manera adecuada y económica. Lograr esto requiere una planificación cuidadosa para que los subproductos utilizados no solo sean accesibles, sino también nutritivos y seguros para el ganado.

El desafío de la implementación

Uno de los mayores obstáculos en cualquier programa ganadero, incluyendo los sistemas intensivos basados en dietas balanceadas, es la implementación adecuada. Este proceso implica más que simplemente suministrar nuevos alimentos; requiere un período de acostumbramiento del ganado que, según Donato Molina, dura entre 8 a 12 días. Durante este tiempo, los animales se adaptan al cambio en su alimentación, a los nuevos comederos y bebederos, y aprenden a consumir el 100% de la ración diaria.

Este proceso de adaptación es crucial para evitar problemas digestivos o una pérdida de peso temporal debido al estrés. Una transición gradual y controlada asegura que el ganado se acostumbre sin contratiempos, maximizando los beneficios de la dieta balanceada.