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Ignorar la ciencia agropecuaria hoy, saldrá caro mañana

Melanny Orozco 14 de Abril 2025
¿Quién salvará nuestros alimentos?Foto: Imagen de DC Studio en Freepik - Diario del SurEl futuro del sector exige una conexión fuerte y constante con la ciencia y la tecnología.

Investigador de Agrosavia destacó cómo la investigación puede transformar los desafíos rurales en oportunidades de desarrollo. Mientras el planeta enfrenta una crisis climática sin precedentes y el consumidor exige alimentos producidos con ética ambiental, el campo colombiano se vuelve protagonista de un cambio impostergable.


La sostenibilidad del agro colombiano ya no es un deseo, sino una necesidad impostergable. Hernando Flórez, investigador Ph. D. de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia), planteó que la ciencia rural es clave para enfrentar los retos ambientales, productivos y de consumo que ya golpean al país.

El agro colombiano ya no puede depender únicamente de la experiencia heredada o el conocimiento empírico. Hoy más que nunca, el futuro del sector exige una conexión fuerte y constante con la ciencia y la tecnología.

Así lo afirmó Flórez, quien desde su experiencia en el campo ha identificado las necesidades reales de los productores y los retos estructurales del sistema agropecuario.

“Los investigadores que hemos ido hasta el campo sabemos qué necesita el productor. La ciencia debe responder a esas falencias, y hoy hay tres retos urgentes que no dan espera: seguridad alimentaria, sostenibilidad ambiental y respuesta a las nuevas exigencias del consumidor”, aseguró Flórez.


Alimentar a un país


El primer componente que destacó el profesional es la función esencial del agro en la seguridad y soberanía alimentaria. Este no es un asunto menor. Es la base sobre la que se sostiene la estabilidad de un país.

En sus palabras, “esto se nutre del trabajo de los campesinos, pero también de la ciencia que les permita producir de forma más accesible y eficiente”. (Lea en CONtexto ganadero: Los grandes desafíos de la ganadería en los tiempos modernos)

No se trata solo de producir más, sino de hacerlo bien. La innovación es clave para enfrentar fenómenos como la variabilidad climática, la pérdida de fertilidad de los suelos y la baja rentabilidad de algunas prácticas agrícolas y ganaderas tradicionales.


Ganadería que cuida el planeta


El segundo reto que resaltó Flórez es el impacto ambiental del sector ganadero, uno de los más extensivos del país, con cerca de 39 millones de hectáreas destinadas a este fin.

Según el académico, “la ganadería ha presionado fuertemente los ecosistemas, especialmente los bosques. Pero también tiene el potencial de transformarse en aliada de la conservación”.

Desde hace años, Colombia ha avanzado en el desarrollo de sistemas silvopastoriles y otras estrategias sostenibles que permiten reducir las emisiones y recuperar suelos degradados.

Ejemplo de ello ha sido el Proyecto Ganadería Colombiana Sostenible, liderado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), siendo estas alternativas promovidas y escaladas, con respaldo técnico, capacitación e incentivos para los ganaderos.


Nuevo consumidor


El tercer gran desafío viene desde el mercado. Hoy, los consumidores no solo buscan sabor o precio, sino también productos de calidad, seguros, trazables y con bajo impacto ambiental.

Flórez insistió en que “tenemos que vincular lo que se produce en el campo con cadenas de valor que respeten la sostenibilidad y el bienestar animal”.

Esta tendencia es una gran oportunidad para los productores que decidan transformar sus sistemas productivos y alinearse con la demanda nacional e internacional. Pero también exige acompañamiento, investigación aplicada y políticas públicas que faciliten esta transición.


Inversión con retorno social


Para Flórez, la clave está en aportar decididamente por la ciencia rural. (Lea en CONtexto ganadero: Afrontando los desafíos: el papel crucial de la innovación en la ganadería colombiana)

“Si no se actúa hoy, corremos el riesgo de quedarnos rezagados en competitividad y depender de otros países para alimentarlos”, advirtió.

Por eso, el trabajo de centros como Agrosavia, junto con las universidades, el estado y los propios productores, es más relevante que nunca.


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