Los parásitos internos y externos afectan la producción de carne y leche, generando pérdidas económicas significativas. Un manejo integral que combine tratamientos adecuados y medidas preventivas es clave para mantener la salud del hato.

José Chiran, médico veterinario y extensionista rural de Fedegán, señaló "los parásitos son el enemigo silencioso más efectivo en el daño económico de las ganaderías".

Por ello, su manejo debe ser estratégico y basado en un enfoque integral. (Lea en CONtexto ganadero: Cuáles son los parásitos que más afectan las ganaderías en Colombia)

Existen diversos tipos de parásitos internos y externos que afectan al ganado. En el grupo de los protozoarios, el más común es la coxidia, que afecta principalmente a los terneros.

En cuanto a los nematodos, se destacan los tertas, mientras que la fasciola hepática es uno de los parásitos más dañinos para la producción ganadera, ya que compromete el hígado de los animales.

Por otro lado, en climas templados o cálidos, las garrapatas son una de las principales preocupaciones, mientras que en climas fríos los parásitos externos más frecuentes son los piojos y las moscas.

En especial, la mosca de los cuernos (Haematobia irritans) es común en establos y puede generar estrés y disminución en la producción de leche y carne.

Los efectos negativos de estos organismos se reflejan en pérdida de peso, baja producción de leche, problemas reproductivos y susceptibilidad a otras enfermedades.

Más allá del tratamiento

Uno de los errores más comunes de los ganaderos es considerar que la aplicación de un antiparasitario es suficiente para erradicar el problema.

"El manejo de los parásitos debe ser terapéutico, pero también enfocado en el bienestar animal y el entorno", aseguró Chiran.

Para un control efectivo, es fundamental conocer la edad y el estado fisiológico del animal. Por ejemplo, los terneros pueden recibir tratamientos con benzimidazoles como albendazol o levamisol, mientras que en las vacas en producción se recomienda albendazol, triclabendazol o rafoxanida, siempre considerando los periodos de retiro de la leche.

En toros, las ivermectinas son una opción eficaz, pero su concentración y marca deben ser elegidas con cuidado.

Métodos contra ectoparásitos

El manejo de garrapatas, piojos, moscas y ácaros también requiere un enfoque adecuado.

"Existen dos métodos principales: los baños de inmersión y los baños de aspersión", explica Chiran. Estos tratamientos se aplican según la carga parasitaria y el manejo biológico de los parásitos.

Para los ectoparásitos que afectan a las vacas lecheras en climas fríos, como la sarna, los ácaros y la mosca de los cuernos, las ivermectinas subcutáneas y los productos tópicos han demostrado ser eficaces.

En épocas de transición entre invierno y verano, el incremento de moscas es notorio, por lo que se recomienda intensificar los controles en esos periodos.

Medidas preventivas

Más allá del uso de medicamentos, existen medidas clave para minimizar la presencia de parásitos en el ganado.

“Si no se maneja bien el entorno del animal y su bienestar, ningún medicamento funcionará de manera óptima", enfatiza Chiran. Algunas estrategias preventivas incluyen:

• Rotación de potreros: ayuda a interrumpir el ciclo de vida de los parásitos y reduce la infestación.
• Manejo de la humedad: el encharcamiento de los potreros es un factor de riesgo para la proliferación de larvas parasitarias.
• Nutrición adecuada: los animales bien alimentados tienen mejores defensas y responden mejor a los tratamientos.
• Control de vectores: evitar la presencia de perros y otros animales que puedan actuar como transmisores de parásitos.
• Exámenes coprológicos: permiten identificar qué parásitos afectan a la ganadería y diseñar un tratamiento específico.