En Cesar, la finca La Luisa lleva 20 años aplicando un modelo que ha transformado por completo su productividad y ha contribuido a aumentar la captura de carbono. Hoy es una unidad ganadera carbono positiva, capaz de capturar el doble del carbono que emite. Su ejemplo se mostrará en la Agroferia de Bucaramanga 2025.
Un proceso de transformación del paisaje ganadero en el bosque seco tropical, basado en sistemas silvopastoriles intensivos (SSPi) en el departamento del Cesar, ha cumplido dos décadas. La finca La Luisa ha logrado recuperar suelos degradados, mejorar su capacidad de carga y producir cuatro veces más que el promedio nacional.
“Mientras la producción de biomasa medida en unidades de gran ganado (UGG) a nivel nacional oscila entre 0,7 y 0,8, el proyecto del SSPi de la finca La Luisa es de 3 UGG”, afirmó Leonardo Manzano García, zootecnista que lidera el equipo técnico de esta empresa ganadera.
Este caso será tema de conferencia en el XI Seminario Internacional de Carne y Leche “Fortaleciendo la ganadería”, que se realizará el 23 y 24 de abril de 2025 en el marco de Agroferia en Bucaramanga. (Lea en CONtexto ganadero: IA y genética avanzada, temas del XI Seminario Internacional de Carne y Leche)
Según Manzano, hace 20 años los suelos de la finca estaban fuertemente afectados por su uso anterior en cultivos de algodón. En 2005 comenzó la transición: se inició la siembra de árboles nativos, especies maderables, arbustivas como leucaena y guácimo, y pastos mejorados. Paralelamente, se desarrollaron bancos de proteína con matarratón.
Recientemente, se ha incorporado el uso del totumo como fuente de carbohidratos en la dieta animal, y se ha desarrollado una mezcla de harina de matarratón, heno y totumo, con baja fermentación y alto valor nutricional.
Mejora de suelos y retención de agua
De acuerdo con Manzano, la materia orgánica era casi inexistente, y con los esquemas silvopastoriles pasó del 0,1 % al 2,7 %. (Lea en CONtexto ganadero: Finca colombiana es modelo internacional en sistemas silvopastoriles)
“La tecnología de revolución verde permitió al suelo ganar resiliencia al cambio climático. ¿Por qué razón? Porque la materia orgánica actúa como una esponja y captura cinco veces su peso en agua”, precisó.
Un factor clave fue la acción de los escarabajos estercoleros. “Estudios científicos han demostrado que estos animales conviven con los SSPi implementados en esta zona. Se ha identificado que el 64,7 % de las especies de escarabajos se adaptan a estas condiciones”, anotó.
Oasis de comida
En una región como el Cesar, donde las lluvias son escasas, la retención de humedad es un logro importante.
“El suelo tiene una cobertura total que, al unirse a arbustos y árboles, ayuda a mitigar la evapotranspiración. Los SSPi mejoran la eficiencia en el almacenamiento de agua lluvia y conservan la humedad”, anotó el zootecnista.
“Llevamos dos décadas de transformación y ahora tenemos un oasis de comida para el ganado y un esquema que mejora de manera permanente el medio ambiente”, resaltó.
Impacto ambiental y biodiversidad
El modelo implementado mejoró la capacidad de carga de la unidad productiva. El 15 % del área total de la finca fue destinado a zonas de protección y conservación, que además actúan como corredores biológicos.
Ahora, La Luisa es una unidad productiva carbono positiva y candidata a la certificación del Sello Ambiental Colombiano (norma Icontec 6550:2021).
“Por cada 6 partes de carbono emitido, captura 12”, puntualizó Manzano García. (Lea en CONtexto ganadero: Ganadería La Luisa del Cesar, sorprendió en la COP 16 por su impacto reforestador de la naturaleza)
La experiencia de La Luisa ha sido objeto de tesis de maestría y doctorado, y la finca es visitada regularmente por investigadores ambientales de organismos multilaterales. Su historia se ha convertido en un ejemplo para el país sobre cómo la ganadería puede contribuir de forma real a la sostenibilidad.