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Descubra el triángulo perfecto de la sostenibilidad ganadera

Melanny Orozco 27 de Marzo 2025
Cómo enfrentar la degradación del suelo y el manejo del agua para una producción eficienteFoto: antiguo.igac.gov.coLa adopción de prácticas sostenibles no son solo una opción, sino una necesidad.

Factores ambientales como la degradación del terreno y la escasez de recursos hídricos se suman a dificultades económicas y de manejo que requieren atención urgente de los productores. Aprender cómo hacerlo es clave para el éxito agropecuario.


La degradación del suelo y el manejo inadecuado del agua son dos de los mayores problemas que enfrenta la ganadería bovina en Colombia y en muchas regiones del mundo.

La acelerada pérdida de capacidad productiva del suelo se traduce en compactación, erosión, reducción en la calidad del forraje, invasión de malezas y pérdida de fertilidad. El manejo ineficiente del agua puede provocar tanto escasez como inundaciones que afectan directamente la producción.

Henry Mateus, agrólogo y experto en el sector ganadero, advirtió que la falta de políticas gubernamentales adecuadas y los cambios climáticos permanentes agravan estos problemas. (Lea en CONtexto ganadero: Los suelos están en peligro, pero la degradación puede revertirse)

“Los sistemas de producción bovina adquieren cada vez más retos y compromisos de intensificar su producción por la falta de planes de desarrollo del sector rural, políticas de gobierno, cambios climáticos permanentes y altos costos de insumos para producir. Es por ello que el ganadero debe entender que la producción depende de factores externos e internos al animal, y solo él, a medida que los entienda, podrá manejarlos a favor de los objetivos de la producción y rentabilidad de la empresa ganadera”, explicó.

Para enfrentar estos retos, Mateus destacó la importancia de conocer los factores internos y externos que inciden en la productividad.

Los factores externos incluyen el suelo, el clima, la calidad del forraje, la nutrición, la sanidad y la infraestructura de la finca, mientras que los internos se relacionan con la genética y las necesidades específicas de acuerdo con el objetivo de la explotación y la ubicación geográfica.


Evitar la degradación


El suelo es el principal recurso natural en la producción ganadera, y su degradación impacta directamente en la eficiencia productiva. Los problemas físicos, como la compactación, reducen la infiltración de agua y limitan el desarrollo radicular de las plantas.

Esta compactación puede deberse al uso intensivo de maquinaria en los suelos húmedos o al sobrepastoreo, lo que provoca endurecimiento y baja aireación en diferentes capas de suelo.

Desde un punto de vista químico, el pH del suelo regula la disponibilidad de nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas. La falta de equilibrio entre macro y microelementos puede llevar a bloqueos nutricionales que afectan negativamente el rendimiento del forraje. Una fertilización basada en análisis de suelo es clave para corregir deficiencias y garantizar el aporte equilibrado de nutrientes.

Además, el manejo del agua es crucial. Las aguas de infiltración benefician el desarrollo de los pastos, mientras que las de escorrentía pueden provocar erosión y pérdida de nutrientes.

Un suelo compacto limita la capacidad de absorción, derivando en inundaciones o sequía según la temporada. Implementar técnicas que fomenten la infiltración, como la roturación en suelos compactos, puede mejorar la eficiencia hídrica.


Manejo del pastoreo


El pastoreo inadecuado genera degradación rápida de las praderas y reducción en la producción animal. Pablo Antonio Cuesta Muñoz, zootecnista, resaltó en una investigación que la alimentación del ganado en Colombia depende casi exclusivamente de especies forrajeras debido a las condiciones climáticas favorables.

Cuesta Muñoz describió que “las especies forrajeras constituyen la principal fuente de alimentación de los bovinos en Colombia; en la mayoría de las explotaciones son el único alimento debido a las condiciones climáticas favorables para la producción de forraje a través del año y a lo poco práctico que resulta alimentar resulta alimentas rumiantes con granos o subproductos agroindustriales, debido al alto costo”.

Sin embargo, el manejo del pastoreo es, en muchos casos, deficiente. El sobrepastoreo causa deterioro de las pasturas, lo que deriva en una menos persistencia del pasto y una producción animal reducida. Para evitar estos problemas, los ganaderos deben implementar sistemas de rotación que permitan el descanso de las praderas y una recuperación adecuada del forraje.


Prácticas sostenibles


Ante estos desafíos, la adopción de prácticas sostenible no son una opción, sino una necesidad. Implementar sistemas silvopastoriles, promover la rotación de potreros y asegurar la fertilización adecuada son algunas de las estrategias que pueden marcar la diferencia en la rentabilidad ganadera.

Mateus expuso que es fundamental que los productores comprendan que el manejo integral del suelo, el agua y el pastoreo son piezas clave en el rompecabezas de la sostenibilidad. (Lea en CONtexto ganadero: Ganadería, clave para mantener la vida de los suelos)

Con la implementación de prácticas adecuadas y el apoyo de políticas públicas que incentiven la tecnificación del sector, la ganadería puede enfrentan los retos actuales y proyectarse hacia un futuro rentable y responsable.


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