Fabio Jaramillo, ganadero de tercera generación, ha dedicado su vida a consolidar el linaje genético de esta raza en el país. Su experiencia y trayectoria respaldan su afirmación sobre la calidad de los ejemplares nacionales, superiores a los norteamericanos. En CONtexto ganadero le presentamos su inspiradora historia.
Desde 1948, cuando su abuelo y su padre emprendieron la cría de ganado brahman en Colombia, la familia Jaramillo ha sido sinónimo de dedicación y esfuerzo en el campo. Para Fabio Jaramillo, continuar con este legado no ha sido solo una responsabilidad, sino una pasión que lo impulsa día a día. “Soy tercera generación criando ganado brahman”, comentó a este medio con orgullo.
El camino no ha sido fácil. En los años 40 y 50, los avances en genética eran rudimentarios, pero su padre ya aplicaba prácticas como la evaluación de conformación, peso y fertilidad. (Lea en CONtexto ganadero: La fertilidad es cinco veces más importante que el desempeño, dice experto)
“Mi papá comenzó a hacer mejoramiento genético en una época donde era casi experimental. Desde entonces, hemos avanzado mucho, pero la esencia sigue siendo la misma: buscar animales eficientes y productivos”, recordó.
La genética moderna ha encontrado en este ganadero a un pionero en la aplicación de tecnologías genómicas. Desde que se introdujo la evaluación genética en Colombia en los años 90, ha sido un ferviente defensor de la selección basada en datos concretos.
Según este ganadero que ha dedicado su vida a la ciencia detrás de la cría bovina, “no basta con tener un buen animal a simple vista; necesitamos datos genómicos que nos digan si es realmente eficiente y rentable”.
Durante su liderazgo en la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado Cebú (Asocebú), promovió la implementación de evaluaciones genéticas que permitieron identificar animales superiores en habilidades maternas, terneza de carne y marmóreo.
“Podemos producir carnes de alta calidad si aprovechamos la genómica. No es cierto que la carne cebú sea dura por naturaleza. Tenemos la capacidad de identificar animales con alta terneza y marmóreo mediante análisis precisos”, aseguró Jaramillo.
Jaramillo es experto en ganado brahman, pero también ha implementado otro tipo de razas. Foto: Cortesía
Brahman colombiano, superior al de EE. UU.
Una de las afirmaciones más contundentes de Jaramillo es su profunda convicción sobre la calidad del ganado puro colombiano, particularmente el brahman. “El criador de ganado puro en Colombia es un criador de ganado élite”, aseguró.
De acuerdo con Jaramillo, cuando se comparan los ganados puros colombianos con los de otros países, queda claro que Colombia está en la élite mundial. “Tenemos un brahman en promedio mejor que el de Estados Unidos. Ellos tienen individualidades muy altas, pero el promedio colombiano es superior”.
Esta declaración cobra relevancia al analizar las cifras. En Colombia se registran cerca de 50 mil animales brahman al año, duplicando países como Australia y superando por mucho a Estados Unidos, que registra aproximadamente 7 mil animales.
“Nuestro promedio de calidad genética es incomparable, y eso demuestra el compromiso de los ganaderos colombianos con el mejoramiento constante”, afirmó el ganadero.
El experto aseguró que los bovinos puros colombianos están en una categoría muy alta en calidad. Foto: Cortesía
Resultados que inspiran
El impacto de la metodología genética aplicada por Jaramillo va más allá de los números; es un cambio de mentalidad en la ganadería colombiana. El productor recordó el caso de una ganadería en Panamá a la que asesoró, en donde logró aumentar la fertilidad del 48 al 80 por ciento mediante prácticas de manejo y el uso de toros probados genéticamente.
Además, el peso al destete pasó de 190 a 230 kilogramos, un incremento significativo en términos de rentabilidad. Jaramillo enfatizó que “la genética debe traducirse en resultados económicos claros. No se trata solo de tener animales bovinos, sino eficientes”.
En su propia ganadería, los resultados son igual de impresionantes, con aumentos de pesos al destete de 200 a 260 kilogramos, logrando un equilibrio perfecto entre rendimiento y adaptabilidad.
“El concepto de ‘happy médium’ es clave: no podemos buscar extremos que perjudiquen la fertilidad o la resistencia del animal”, manifestó.
Reto genético
La genética bovina en Colombia ha evolucionado, en gran parte gracias a la visión de líderes como Jaramillo. Sin embargo, el reto de adaptar la genética a las condiciones locales sigue siendo fundamental.
El ganadero sostuvo que “el mayor desafío que he tenido en mi predio es mitigar los efectos del clima en la cría. Enfrentar veranos intensos o lluvias torrenciales puede echar por tierra años de trabajo genético si no se toman precauciones”. (Lea en CONtexto ganadero: Así será el clima en marzo y abril: recomendaciones para el sector agropecuario)
Para enfrentar estos retos, Jaramillo ha desarrollado estrategias que incluyen la producción de silos de pasto, heno y el uso de sale proteínicas.
“No hay solución mágica. Pero si podemos garantizar alimento en época de escasez, tenemos ganado más fuerte y productivo”, señaló.
Esta capacidad de adaptación ha llevado a que su ganadería mantenga los altos niveles de fertilidad y peso al desde superiores a los estándares promedio.
Jaramillo asegura que la genética es la clave para el crecimiento ganadero. Foto: Cortesía
Aprendizaje constante
Para Jaramillo, el éxito ganadero no se alcanza solo con tradición, sino con un constante deseo de aprender e innovar.
“Estudiar, leer, actualizarse y aplicar lo aprendido en el campo son fundamentales. No podemos quedarnos con lo que sabemos; la genética avanza y debemos avanzar con ella”, recomendó.
Este líder en ganadería alentó a sus colegas a asistir a jornadas de campo, conferencias y encuentros donde se compartan experiencias y avances tecnológicos.
“Cada día podemos aprender algo nuevo que haga más rentable nuestra ganadería. Yo nunca dejo de aprender, porque cada año surgen nuevas herramientas y enfoques”, expresó.
Políticas de exportación
Con la convicción de que la genética es la llave para el desarrollo ganadero en Colombia, Jaramillo proyecto un futuro prometedor si se siguen impulsando políticas de exportación y se adoptan técnicas genómicas modernas.
“Podemos competir en los mercados internacionales si producimos carne de alta calidad. La clave está en la selección rigurosa y el manejo adecuado”, advirtió.
Finalmente, su mensaje para las nuevas generaciones de ganaderos es claro: “El éxito viene con el compromiso y la pasión. La genética no es un lujo, es una necesidad si queremos ser competitivos y sostenibles”.